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Luego de ocho años, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca resolvió una causa en la cual una persona estaba acusado de haber robado elementos de una abandonada estación ferroviaria de Coronel Pringles.
El fallo se definió a partir de la falta de pruebas y de una pericia adecuada que permitiera confirmar con certeza que los materiales faltantes en la estación hayan sido tomados por el acusado, como tampoco que algunos bienes encontrados en casas del acusado procedan de esa estación.
Vale decir que hasta ese punto se estará ante uno de los miles de casos de acusación de un robo, el cual se resuelve de una u otra manera de acuerdo a los elementos probatorios de los que disponga la justicia.
Sin embargo, esta causa derivó en un fallo con consideraciones cuanto menos singulares. Es que el juez interviniente estableció que tampoco se podría asegurar que lo que hizo el acusado es un robo cuando la estación ferroviaria, propiedad del Estado nacional, fue abandonada “de manera voluntaria por el propietario”.
De acuerdo a testigos, el edificio está en completo abandono hace al menos 20 años, sin un cerco que lo proteja, ni un sereno, ni un responsable de su cuidado, “propiciando su progresivo desmantelamiento”, según señala el fallo.
Esa situación desvirtúa la conducta de robo, ya que para ello resulta “imprescindible que el acusado se haya apoderado ilegítimamente de una cosa “total o parcialmente ajena” cuando en este caso la falta de cuidado e interés del estado por sus bienes lo ha dejado “abandonados a su suerte”.
Conclusión, para la justicia “la falta de custodia o voluntad de recuperar las cosas” por parte del titular genera “imposibilidad de la hipótesis delictiva”.
El fallo abre un interrogante sobre la suerte que pueden correr las miles de estaciones ferroviarias que se encuentran en estado de abandono en todo el territorio bonaerense.
No sólo estaciones: galpones, casillas, depósitos y todas las construcciones auxiliares.
Si bien la mayoría están ya totalmente desguazadas y vandalizadas, la posibilidad de que su abandono estatal desdibuje la calidad de delito de quien tome algo de sus bienes abre una puerta para que estos históricos edificios sean borrados completamente de la faz de la tierra.LaNueva.com
Luego de ocho años, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca resolvió una causa en la cual una persona estaba acusado de haber robado elementos de una abandonada estación ferroviaria de Coronel Pringles.
El fallo se definió a partir de la falta de pruebas y de una pericia adecuada que permitiera confirmar con certeza que los materiales faltantes en la estación hayan sido tomados por el acusado, como tampoco que algunos bienes encontrados en casas del acusado procedan de esa estación.
Vale decir que hasta ese punto se estará ante uno de los miles de casos de acusación de un robo, el cual se resuelve de una u otra manera de acuerdo a los elementos probatorios de los que disponga la justicia.
Sin embargo, esta causa derivó en un fallo con consideraciones cuanto menos singulares. Es que el juez interviniente estableció que tampoco se podría asegurar que lo que hizo el acusado es un robo cuando la estación ferroviaria, propiedad del Estado nacional, fue abandonada “de manera voluntaria por el propietario”.
De acuerdo a testigos, el edificio está en completo abandono hace al menos 20 años, sin un cerco que lo proteja, ni un sereno, ni un responsable de su cuidado, “propiciando su progresivo desmantelamiento”, según señala el fallo.
Esa situación desvirtúa la conducta de robo, ya que para ello resulta “imprescindible que el acusado se haya apoderado ilegítimamente de una cosa “total o parcialmente ajena” cuando en este caso la falta de cuidado e interés del estado por sus bienes lo ha dejado “abandonados a su suerte”.
Conclusión, para la justicia “la falta de custodia o voluntad de recuperar las cosas” por parte del titular genera “imposibilidad de la hipótesis delictiva”.
El fallo abre un interrogante sobre la suerte que pueden correr las miles de estaciones ferroviarias que se encuentran en estado de abandono en todo el territorio bonaerense.
No sólo estaciones: galpones, casillas, depósitos y todas las construcciones auxiliares.
Si bien la mayoría están ya totalmente desguazadas y vandalizadas, la posibilidad de que su abandono estatal desdibuje la calidad de delito de quien tome algo de sus bienes abre una puerta para que estos históricos edificios sean borrados completamente de la faz de la tierra.LaNueva.com
Una estación abandonada es el testigo fiel de lo desaprensivo de las políticas liberales.. Y el desapego de un pueblo ignorante..
ResponderEliminarTomás Vega
diriamos, deje el ciudadano de mirar para otro lado ,y empiece a colaborar cuidando las instalaciones ferroviarias, que no caigan en el abandono.
ResponderEliminarCenturion Stafenberg