Exterior
El
sector ferroviario ha sido durante los últimos años uno de los motores de la
economía española. La inversión realizada en diferentes ámbitos, y en concreto
en todo lo que ha tenido que ver con la alta velocidad, no solo le ha
convertido en uno de los principales dinamizadores del mercado laboral, sino
que ha permitido que las empresas del sector facturasen durante 2014 solo en
exportaciones 2.187 millones de euros, según datos de la Asociación Ferroviaria
Española.En cualquier caso, la crisis de los últimos años ha cambiado el
panorama. Si se analizan las inversiones públicas en infraestructuras, se
detecta una importante reducción de los volúmenes de inversión desde 2010. De
hecho, según el informe anual sobre transportes e infraestructuras del Ministerio
de Fomento en su edición de 2014, el sector que más ha acusado esta tendencia
ha sido precisamente el ferroviario. Datos que se complementan con los de
Eurostat (Oficina Estadística de la Unión Europea), el cual admite que desde la
segunda mitad de 2013 el precio del transporte en España ha crecido menos que
el índice general del IPC y que la media europea.
Javier Muñiz es director general de AECOM España
Por
este motivo, el sector ferroviario vive un momento de cambios que se pueden
apreciar desde diferentes puntos de vista. Una tendencia que también se percibe
a nivel continental, donde el pasado mes de diciembre se aprobó por parte de la
Comisión Europea un paquete de medidas que tiene por objetivo eliminar los
últimos obstáculos a la creación de un espacio ferroviario europeo único. Un
hecho que supondrá un avance sustancial de cara a generar oportunidades dentro
del sector.
En
concreto, la legislación propuesta reformará el sector del ferrocarril de la
Unión Europea al fomentar la competencia y la innovación en los mercados
interiores de pasajeros, servirá para poner en marcha reformas estructurales y
técnicas y se obtendrán como resultado final unos niveles más altos de
seguridad, interoperabilidad y fiabilidad de la red ferroviaria comunitaria.
Pero
más allá de las reformas legislativas que contribuyan a que el sector
ferroviario siga siendo uno de los motores de la economía, su desarrollo
también debe contribuir al progreso de la sociedad. No solo desde el punto de
vista operativo y logístico, sino además como un factor determinante de cara a
proporcionar bienestar para los ciudadanos, pero también en sintonía con el
cuidado de nuestro entorno.
En
cuanto a las tendencias que se han detectado en los últimos tiempos, la
internacionalización ha adquirido un papel clave. Cada vez son más las empresas
españolas que operan fuera de nuestro país, pero también son muchas las
compañías europeas que ponen en marcha y ejecutan proyectos fuera de las
fronteras del continente. ¿Dónde se están realizando?
En
concreto, Oriente Medio se ha convertido en un mercado clave. De hecho, se
prevé que en esta región se inviertan en los próximos diez años unos 300.000
millones de euros dirigidos solo al sector ferroviario. Un ejemplo es la obra
que se está realizando en Arabia Saudí y que unirá a través de la alta velocidad
La Meca con la ciudad de Medina, cuyo consorcio está liderado por un grupo
empresarial español.
De
hecho, el papel de nuestro país en esta materia sigue siendo clave. Según un
estudio publicado recientemente por GoEuro, la red de AVE de España se encuentra
entre las mejores del mundo, destacando factores como la velocidad operativa.
En
este sentido, recientemente tuvo lugar una reunión en el que participaron
diferentes países, como Siria, Jordania, Kuwait, Arabia Saudí, Irak, Omán,
Irán, Baréin, Catar y Emiratos Árabes Unidos y en el que se apostó por poner en
marcha programas ferroviarios en la región centrados tanto en el sector
pasajeros como para el de mercancías.
En
esta línea, otro país en el que el sector ferroviario se ha convertido en un
importante escaparate para las empresas españolas y europeas es India. El
Gobierno acaba de anunciar la inversión para este año de 17.500 millones de
euros para renovar su extenso ferrocarril, mientras que, por ejemplo, en China
las autoridades del gigante asiático acaban de proyectar 10.000 kilómetros más
de líneas de alta velocidad ferroviaria.
En
cualquier caso, la internacionalización no es la única tendencia detectada. La
innovación aplicada se ha convertido en un factor determinante, ya que además
suele ir acompañado de la experiencia acumulada de los profesionales y empresas
dentro del ámbito ferroviario. Un ejemplo son las herramientas puestas en
marcha en relación a los campos de la electrificación ferroviaria y el impacto
del consumo eléctrico en los costes de operación de la línea, donde pueden hoy
en día ser evaluados si se dispone de las herramientas adecuadas y de personal
con experiencia en el análisis y desarrollo de las mismas.
El
paso estratégico de desarrollar herramientas en este sentido presenta, además,
ventajas desde el punto de vista de la adaptación a diferentes mercados en los
que las soluciones pueden venir influidas por distintos clientes, estándares o
condiciones de funcionamiento. Esta agilidad de adaptación a distintos clientes
es una ventaja competitiva que no siempre puede obtenerse con herramientas
adquiridas en el mercado.
En
definitiva, el sector ferroviario debe seguir siendo uno de los motores de la
economía. Para ello, es conveniente que entre todos los agentes implicados sigamos
estimulando un sector necesario no solo para sentar las bases de la
recuperación económica, sino para que además ayude a dinamizar el mercado de
trabajo a través de la generación de empleo de calidad.CincoDías.es