Actualidad
La
disputa por el control de la exposición vuelve a enfrentar al jefe de la planta
con los empleados. Proyecto.
Un
nuevo desencuentro entre el jefe de los Talleres Ferroviarios y la Asociación
de Amigos del Museo generó más moretones en la ya magullada historia de Tafí
Viejo y su identidad ferroviaria. La Asociación denunció el lunes en la Policía
Federal que el jefe de la planta, el ingeniero industrial Oscar Guzmán, “de
manera intempestiva y prepotente” rompió el candado de la puerta del galpón que
atesora objetos vinculados a la actividad ferroviaria y colocó una nueva traba,
sin entregar la llave. Guzmán, por su lado, sostiene que son los empleados los que
se niegan a entregar la llave del museo y que, por tanto, se vio obligado a
forzar la entrada.
Lo
cierto es que, como consecuencia de esta áspera situación que se mantiene desde
el año pasado, el Museo Ferroviario sólo puede visitarse con cita previa o bien
cuando el jefe se encuentre en la planta, ya que es el único que puede
autorizar el ingreso de personas que no formen parte del staff. Las piezas que
forman parte de la colección (herramientas, escritorios, máquinas de escribir,
maquetas, sistemas de comunicación y hasta una sirena “gemela” de la sirena del
Titanic) se encuentran con una discreta capa de polvo que habla más de su
abandono que de un museo “vivo”, el único en la provincia.
Los
empleados de la empresa estatal Belgrano Cargas y Logística (BCL), que explota
los Talleres, aseguran estar desconcertados. “No entendemos qué es lo que
pretende, por qué nos quiere quitar el museo cuando fuimos nosotros los que lo
levantamos y lo mantenemos. Incluso en su oficina tiene elementos que estaban
en exposición”, arremetió contra Guzmán Ramón Antonio Martínez, presidente de
Amigos del Museo y los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo, una asociación
civil que cuenta con personería jurídica desde 2005. Ese año abrieron la sala
en uno de los galpones de la planta y comenzaron a llenarla con objetos
recuperados de los talleres y, principalmente, con préstamos que hicieron los
vecinos de Tafí.
“Nos
preocupa que se nos niegue la entrada porque la gente nos ha confiado las cosas
que guardaba en sus casas, son sus tesoros, y nosotros no los podemos cuidar.
Por suerte tenemos todo inventariado”, le dijo a LA GACETA Teodoro Karamaneff,
tesorero de la asociación. Él es uno de los miembros que no trabaja dentro de
los Talleres, pero que continúa luchando por sostener el museo. “El lunes
Guzmán insistió en que la única posibilidad es que le entreguemos la llave,
algo que nunca nos pidió por nota, pero después no nos deja entrar. Teníamos
gente amiga que venía a limpiar, a recibir las visitas, y de un momento a otro
les impidió la entrada”, aseguró.
Pedro
Díaz, miembro de la Asociación y empleado de BCL, siente que el jefe de la
planta los está dejando afuera en algo que ellos mismos lucharon por conseguir
y conservar. “Guzmán asegura que tiene un proyecto de revalorización, pero a
nosotros, que somos parte de la comunidad y que hemos trabajado por esto, no
nos hace participar. No nos incluye a los trabajadores”, denunció.
Con
el Conicet
Después
de escuchar las opiniones de los trabajadores, LA GACETA mantuvo una larga entrevista
con Oscar Guzmán, quien asegura que “el museo está abierto para todo aquel que
quiera visitarlo”, aunque admitió que para que eso es necesario que él se
encuentre en la planta. A pesar de no contar con la llave de la puerta
principal, el jefe del “gigante” taficeño accede al salón por una puerta
lateral. Para el ingeniero, el conflicto se circunscribe a que Martínez no está
dispuesto a entregar la llave. “Es una persona que no se maneja de forma
educada y que no entiende que ellos son empleados de esta empresa y que de 6 a
15 tienen que estar trabajando”, sentenció. Él sostiene que las llaves tienen
que estar en poder de la guardia, a cargo de la Policía Federal.
Guzmán
confirmó sus planes de revalorizar el Museo Ferroviario, para lo cual está en tratativas
con especialistas del Conicet y de la Secretaría de Ciencia y Técnica. Admitió
también que, hasta el momento, no han sido consultados los Amigos del Museo en
la planificación, aunque no descarta que en un futuro participen. “Estamos
pensando en algo grande, una revalorización importante, que nos va a significar
una inversión de entre $1 y $1,5 millón. Queremos que sea un museo a cielo
abierto”, señaló.
Otra
de las preocupaciones de los trabajadores es que se están extrayendo algunas
piezas del museo para ser utilizadas en la actividad de la planta. “No tenemos
presupuesto suficiente para comprar, así que vamos a incorporar a la producción
algunas herramientas e instrumental que todavía puede usarse”, admitió el jefe.
Entre esos objetos, se encuentran algunas viejas balanzas y una carretilla que
se usa para transportar objetos pesados dentro de los galpones.
Daniel
Campi, investigador del Conicet, y director del Instituto Superior de Estudios
Sociales (ISES) informó que está “a la firma” un convenio marco entre el
Ministerio del Interior y Transporte de la Nación y el Conicet para desarrollar
un proyecto de revalorización del museo y los talleres. El historiador aseguró
que desconoce los detalles del conflicto entre el jefe y los trabajadores y que
no corresponde a sus funciones tomar partido por ninguna de las dos partes. “Lo
único que puedo sostener es que para que las cosas salgan bien, tienen que
empujar todos para la misma dirección”, apuntó el historiador y aseguró que,
cuando se avance con el proyecto, se buscará la opinión y el aporte de la
comunidad.LaGaceta.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Usted podrá dar su opinión libremente, pero aquellos comentarios que vengan con insultos, improperios, etc. y sin colocar nombre y apellido, nombre y/o pseudónimo (debajo del mismo) no serán publicados.