EXTERIOR
Integrantes del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM
crearon el nuevo material, capaz de reemplazar los soportes de madera que
sostienen a los rieles por donde circulan los trenes; tienen la ventaja de que
puede durar hasta 100 años.
El impacto de la tecnología puede observarse en distintas áreas de
nuestra vida cotidiana. En el Instituto de Investigaciones en Materiales, el
grupo encabezado por los doctores Octavio Manero Brito y Antonio Sánchez Solís,
trabaja en mejorar las propiedades de distintos materiales; de esta manera
generan conocimiento básico que pueda trasladarse a una aplicación industrial.
Los durmientes se han querido sustituir por otros de concreto. (Foto: Archivo EL UNIVERSAL )
Uno de los proyectos actuales es el desarrollo de un material que
reemplace a los llamados durmientes del metro, que son aquellos soportes de
madera sobre los cuales están los rieles por donde se transportan los vagones.
Sánchez Solís explicó que en México, ya no hay madera suficiente para sustituir
alguno de los durmientes en caso de que fallen o se rompan, por lo tanto, se
compran en Asia, Corea o Vietnam, lo cual representa un alto costo.
Señaló que estos durmientes se han querido sustituir por otros de
concreto, los cuales al ser tan rígidos, se rompen con las vibraciones cuando
pasa el metro. Por lo tanto, se pensó en crear un material no tan rígido, pero
que sea resistente; los nanocompuestos cumplen con esas propiedades.
Se calcula que los durmientes fabricados con nuevos materiales pueden
durar hasta 100 años, a diferencia de los de madera que solo tienen una
duración de 25 años. En la actualidad, los investigadores están haciendo las
pruebas para sustituir dichos durmientes por los creados a base de
nanocompuestos poliméricos.
Polímeros enriquecidos
Los nanocompuestos poliméricos son polímeros que tienen al menos una
partícula de tamaño nanométrico, es decir, mil veces menor que una micra,
siendo que mil micras constituyen un milímetro.
Las nanopartículas que utilizan los investigadores universitarios
básicamente son de arcilla, la cual está compuesta por la ceniza volcánica que,
a través del tiempo y al contacto con la lluvia ácida, se convierte en una
partícula laminar, es decir, formada por varias capas de un nanómetro cada una.
Justamente esta característica es la que permite que mejores las propiedades
mecánicas, de resistencia, de impermeabilidad a los gases, reológicas, ópticas
y electrónicas de estos materiales.
A partir del desarrollo de los nanocompuestos poliméricos para los
durmientes del Metro, los académicos Manero Brito y Sánchez Solís fabricaron
varas para la siembra del jitomate, las cuales originalmente eran de madera y
tenían que ser reemplazadas cada año. Ellos sustituyeron las de madera por
varas de plástico reciclado, cuya duración es hasta cinco veces mayor, con lo
que se ha logrado un importante beneficio ecológico.
Asimismo, los investigadores han utilizado estos nanomateriales en la
producción de agujas de catéteres, a partir de resina poliéster con
nanopartículas, para sustituir las de acero. Otro uso en el área biomédica
sería la aplicación de nanopartículas de sulfato de bario en polímeros que los
hacen radio opacos a los rayos X. Esta tecnología se puede aplicar para crear
catéteres, los cuales al ser introducidos en las venas, pueden verse a través
de dicha técnica.
"Con el sulfato de bario nanométrico es posible hacer catéteres que
sean transparentes a la vista, pero radio opacos a los rayos X, es decir, que
se vea por dónde va el catéter dentro del organismo. Ya existen, pero con el
sulfato de bario tradicional pierden muchas propiedades mecánicas, porque
necesitan grandes cargas para que sea radiopaco", explicó el doctor Manero
Brito.
Para trabajar con nanocompuestos poliméricos, en el Instituto de
Investigaciones en Materiales se han aportado nuevos conocimientos sobre esta
tecnología. "Hemos desarrollo varios métodos de dispersión de partículas,
uno de ellos es a base de ultrasonido, el cual las dispersa y promueve que se
distribuyan bien en el plástico, porque si no se distribuyen correctamente, no
tienen las propiedades que deben tener", señaló el doctor Manero Brito.
Por su parte, el doctor Sánchez Solís agregó que uno de los problemas a
los que se enfrentan, es que cualquier material puede hacerse nanopartícula;
sin embargo, parte del conocimiento generado en su laboratorio, es que cuando
ya se tengan las nanopartículas, se queden en ese estado para que puedan ser
distribuidas y mantener las propiedades. Dirección General de Divulgación de la
Ciencias, UNAM. ElUniversal.mx
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