EXTERIOR
Adif instaló, pocos días después del descarrilamiento, nuevas balizas
que habrían impedido que el Alvia entrara en la curva con exceso de velocidad
El secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Rafael
Catalá, ha dicho hoy que el Ministerio de Fomento está convencido de que cuando
descarriló el tren de Santiago estaban instalados todos los sistemas de
seguridad que exige la ley en un tramo de estas características. Sin embargo,
el departamento que dirige Ana Pastor se apresuró a instalar nuevas balizas en
la curva de A Grandeira pocos días después del accidente en el que murieron 79
personas.
Hoy, en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados para
explicar los presupuestos de su departamento, Catalá ha señalado en señalar que
el trágico accidente de tren va a marcar un antes y un después. Sin embargo, ha
insistido en la seguridad que ofrece el sistema ferroviario español, al igual
que las garantías de los sistemas Asfa y ERTMS. El accidente, ha reconocido, ha
obligado a revisar los estándares, los sistemas y los procedimientos.
Al mismo tiempo, ha mostrado la disposición del departamento a colaborar
con la instrucción judicial del accidente, con la Comisión Científico-Técnica
que se ha creado dentro del Ministerio y con la Comisión de Investigación de
Accidentes Ferroviarios (CIAF).
De hecho, y tras las recomendaciones aportadas por la CIAF, el gestor
ferroviario Adif puso en revisión todos sus protocolos de seguridad tras el
accidente de tren de Santiago, en especial en tramos de la red similares,
mientras que Renfe verificó también sus procedimientos de comunicación entre la
cabina y los centros de gestión, personal de abordo y demás comunicaciones.
Además, la CIAF sugirió que todas las reducciones de velocidad máxima
programadas entre estaciones, a partir de un cierto rango, debían estar
señalizadas en la vía férrea. La CIAF consideraba que en estas situaciones se
debía implantar progresivamente balizas del sistema ASFA (Anuncio de Señales y
Frenado Automático) que controlen la velocidad de los trenes, de modo que se
asegure su inmediato frenado en el caso de rebasar la velocidad máxima con la
que debe ingresar en el tramo siguiente. Público.es
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