ACTUALIDAD
Sin
los coches suficientes, no se pueden mejorar los horarios. También hacen falta
inversiones en mantenimiento y hay inseguridad en las estaciones. En SBASE
trabajan en un plan de emergencia.
La
red de subterráneos porteños muestra las consecuencias de un año “congelado”
por la disputa entre Ciudad y Nación y mucho tiempo sin las inversiones
necesarias para mantenerla en condiciones. En la mayoría de las líneas el
problema más grave es la falta de formaciones: hay menos servicios, no cumplen
con la frecuencia prevista y los pasajeros viajan (más) apretados. En estos
días, se juega el aumento de la tarifa a $ 3,50. Y la continuidad de Metrovías,
la empresa del Grupo Roggio que desde 1994 tiene a su cargo la concesión del
servicio. Dos medidas a las que muchos se oponen.
El
deterioro afecta trenes y estaciones: fallan escaleras mecánicas y ascensores,
hay filtraciones y mucha suciedad. La seguridad es otro problema: desde
noviembre se multiplicaron los robos en las boleterías. Desde SBASE reconocen
que las más complicadas son las líneas B, C y D, y aseguran que están
trabajando en un plan de emergencia a corto y mediano plazo. Los grandes
cambios no se verán antes de 2015.
Amontonados. Pasajeros desbordan un andén de la línea C, que une Retiro con Constitución, en la hora pico: es porque las frecuencias son menores y se tarda más. / DAVID FERNANDEZ
Viernes,
media tarde, en los pasillos que conectan las líneas A y C hay pasos
apresurados y caras de fastidio. “Tomo el subte dos veces por día. El servicio
no ha mejorado y esta semana me tocó esperar más tiempo. Hay menos frecuencia y
demasiados pasajeros: siempre voy parada”, se queja Silvia Catalano (46), que
va de Lima a Carabobo.
Tras
la renovación de la flota, la línea A funciona con unas 12 formaciones, cuando
deberían ser 18 en hora pico: hay momentos del día en los que logran mantener
una frecuencia de 5 a
6 minutos, con brechas que llegan a los 15. Al problema se suma la falta de
personal. Según cuentan varios metrodelegados, durante el último no se
incorporaron trabajadores para cubrir las bajas y esto repercute en todas las
líneas. “Antes teníamos 55 servicios (la dupla de conductor y guarda) que
garantizaban 275 vueltas. Ahora tenemos 42, que hacen 210” , ejemplifica Flavio
Baygorria, de la A.
La
línea B debería tener una frecuencia de 3 minutos y oscila entre 4 y 6, según
el día. “Si cumplieran con los 21 servicios mejoraría casi en un 20%. Pero
tenemos muchos coches en reparación. Tiene que ver con la desinversión durante
todos estos años, y porque no los están arreglando como corresponde”, sostiene
Jorge Pisani, de la comisión directiva de la AGTSyP. Son números
parecidos a los que manejan en la línea D. “Los coches empiezan a tener fallas
que son producto del desgaste”, apunta Daniel Villavicencio, delegado de
tráfico de ese ramal. “Hace muchos años se dejó de hacer el mantenimiento
general”, asegura Juan Carlos Lleonart, delegado del Premetro. Es el
mantenimiento que reciben los trenes cada determinada cantidad de kilómetros.
“De
los 550 coches, hay unos 100 pasados de mantenimiento, y en los próximos tres
años tenemos que hacer 303. La capacidad de los talleres de Metrovías da para
24 por año, por eso lanzamos una licitación para los coches restantes”,
responde Juan Pablo Piccardo, presidente de SBASE. La medida prendió la señal
de alerta entre los metrodelegados, que temen que con la tercerización se
precaricen las condiciones de trabajo.
El
deterioro de las estaciones es notorio. La semana pasada, comuneros de Recoleta
y Palermo presentaron una denuncia por la situación de seguridad, higiene y
accesibilidad de la línea D: mangueras contra incendio inoperantes, falta de
extintores, baños sucios o cerrados, goteras y filtraciones son algunos de los
problemas que señalan. “Pisos flojos, techos podridos, Virreyes debe ser la
única cabecera que no tiene escalera mecánica”, se suma Juan Manuel Otero, de
la línea E.
“Hicimos
limpieza profunda en la línea A, casi la mitad de la B y la D , y estimamos que en agosto se
va a completar toda la red”, informa Piccardo. En enero repararon una pérdida
importante de una cloaca sobre la estación Callao (D), aunque todavía queda mal
olor. Y prometen avanzar con otras 33 filtraciones detectadas en todas las
líneas. En cuanto a la infraestructura, otra situación que se repite es la
falla de ascensores y escaleras mecánicas. De los 76 elevadores, hay 27 que no
funcionan. Y de las 218 escaleras, fallan más de 30, la mayoría en la H (ver Escaleras...) Desde
noviembre se empezaron a repetir los robos en boleterías: ya asaltaron más de
50. En general se dan durante los fines de semana o en los horarios con menor
afluencia de público y, en consecuencia, sin presencia policial. Según relatan,
los ladrones suelen llegar en moto y se mueven muy rápido: han hecho raids de
tres boleterías. Y en andenes y vagones, siguen las bandas de pungas. “Me
robaron la billetera dos veces: para los arrebatadores es fácil debido a la
aglomeración”, cuenta Iván Mirco (41), camino a Primera Junta. “Tomo cuatro
subtes por día y el año pasado me robaron dos celulares”, se suma Noeli
Chiarenza (23) en Diagonal Norte.
A
pesar de la disputa que se mantuvo durante todo el año pasado por este tema, la
seguridad de la red sigue en manos de la Policía Federal.
Nadie precisa cuántos agentes son, pero no alcanzan para cubrir todas las
boleterías y andenes, y tampoco suben a los trenes. Metrovías tiene 200 cámaras
que se monitorean desde la central que está en el túnel de Independencia y
aunque se habla de incorporar más, todavía no hay precisiones. Aunque se pueden
ver algunos efectivos de la
Metropolitana , en este rubro también habrá que esperar: no
cuentan con la cantidad de efectivos suficientes para hacerse cargo de toda la
red y aguardan a que se incorpore una nueva camada para dar ese paso.Clarín
Roberto Guillermo Lamas
ResponderEliminarTienen menos frecuencia que el Cometa Halley...