Redacción
CRÓNICA FERROVIARIA
El prolongado
conflicto del subterráneo ha reabierto el debate sobre la crisis de dicho
servicio público, que se encuentra en un verdadero limbo.
Los gobiernos
nacional y porteño siguen tirándose la pelota mutua e irresponsablemente,
mientras la concesionaria privada del subte congela los salarios, lo que
perjudica a los trabajadores, y además reduce los servicios, lo que perjudica a
los pasajeros.
Ambos
gobiernos hacen lo opuesto a lo que prometen. Con su anuncio de que el boleto
de trenes y colectivos sin la
SUBE sube, el ministro nacional de Interior y Transporte se
llevó puesto a un recién nacido: el Ente Metropolitano. Ese organismo se
suponía tripartito, para "coordinar" las políticas de transporte
público entre Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires… Pues bien:
unilateralmente la presidenta de la
Nación dictó un tarifazo y descentralizó los próximos,
buscando descargar el costo económico -y político- en las provincias y
municipios.
El gobierno
porteño viene actuando igual. Primero aceptó con su firma el traspaso del subte
y autorizó una suba del boleto, pero desde entonces no se hace cargo y mira
para otro lado.
En subtes y
trenes, la concesionaria es la misma. Si antes ya operaba el subte y el
Urquiza, y además el Roca, el Belgrano Sur y el San Martín a través de UGOFE,
hace poco la presidenta premió a ese poderoso grupo empresario otorgándole
también el manejo del Sarmiento y el Mitre: un verdadero monopolio. Se
desamigan de los Cirigliano, se amigan con los Roggio. Cambian de nombres, pero
no de métodos. Y los accidentes siguen.
En el caso
del subte, la empresa ahora parece amagar con dejar el servicio. ¿Será que con
menos subsidios estatales ya no sea tan buen negocio? Lo cierto es que, en
medio del sainete Nación-Ciudad, viajamos cada día peor… o directamente no
viajamos.
El transporte
público no puede seguir siendo un negocio privado y encima agravado por
chicanas políticas. Para mejorar el servicio es necesario poner fin a la
perversa ecuación de servicios privatizados, subsidios estatales y no control.
A eso apunta nuestro proyecto de ley para rescindir la concesión del
subterráneo y que su gestión pase a la empresa pública porteña SBASE bajo el
control de sus trabajadores y usuarios.
Es la única
forma seria, creemos, de sacar al subte del vergonzoso limbo en que hoy está y
de ese modo garantizar un servicio público eficiente y seguro.
A ESTOS DOS QUE ESTÁN EN LA FOTO LOS TENDRÍA QUE JUZGAR ALGÚN JUEZ NO CORRUPTO PORQUE SON CULPABLES DE TODO LO QUE PASAN LOS USUARIOS DE SUBTE Y PREMETRO, POR SUS AMBICIONES POLÍTICAS Y DE GUITA ES QUE LA PAGA LA GENTE. CORRUPTOS!!!!!
ResponderEliminarBENITO K.