EXTERIOR
Una leyenda popular atribuyó durante decenios a criterios estratégicos la excepción española
La aparición del AVE rompió con la vieja herencia de un siglo atrás que ha lastrado el ferrocarril español y casi acabó por 'enterrar', de una vez por todas, a Juan Subercase Krest (en realidad, fallecido en 1856). Este ingeniero valenciano encabezó la comisión que sacralizó los seis pies castellanos (1.668 milímetros) como el ancho de vía del aún incipiente ferrocarril español, cinco años antes de que se pusiera en marcha la primera línea peninsular, Barcelona-Mataró. Acababa de empezar el reinado de Isabel II y en España ya existía una línea de tren, en Cuba, territorio nacional hasta 1898.
Subercase pensó que un país con la difícil orografía de España requería un ancho mayor para emplear máquinas con más capacidad de producción de vapor, disponiendo así de más potencia para discurrir por las duras pendientes que iban a ser necesarias para superar nuestras cordilleras. Mientras, Europa se decantaba por un ancho de vía inferior. España ya era diferente un siglo y medio antes de que se acuñara como eslogan publicitario el 'Spain is different', que se atribuye a Manuel Fraga en sus tiempos de ministro de Franco para promocionar el turismo y que pasado el tiempo se utilizó como indicador de la anormalidad y excepcionalidad de la situación política de la época.
El acerbo popular defendió durante décadas que el ancho adoptado obedecía a rígidas y meditadas políticas defensivas. Y el error o la fantasía obtuvieron carta de naturaleza en la Enciclopedia Larousse que, bajo el epígrafe 'ferrocarril', aseguraba: «Una Real Orden de 31 de diciembre de 1844 establecía que el ancho de vía fuese en España de 6 pies castellanos (1,67 metros); este ancho, superior al europeo, fue escogido por consideraciones militares (dificultar una posible invasión por vía férrea)».
No fue la única referencia que apuntaba a esa razón. La 'Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales', editada por la Universidad de Barcelona, también se hacía eco de esa leyenda: «Cabe la posibilidad de que, en la determinación del ancho de vía español, existiese implícita una estrategia destinada a obstaculizar una hipotética invasión militar ante el reciente e ingrato recuerdo de la Guerra de la Independencia. Sin embargo, no parece que la comisión redactora del informe adoptara esta medida por razones de estrategia, pues no menciona en ningún momento la cuestión militar». Está claro, por tanto, que la decisión fue adoptada siguiendo criterios -erróneos- de los especialistas en la materia. Y, solo en los últimos años, con la introducción de las líneas de alta velocidad, se ha corregido la situación.
En los últimos veinte años, España se ha convertido en el primer país europeo en kilómetros de vía de alta velocidad (en ancho internacional) y el tercero del mundo tras China y Japón.Hoy.es
Siempre es bueno dicutir el tema de planificación de trochas: en nuestro país la diversidad y la poca conectividad entre las subredes es un problema de resolución estratégica para dar "una palanca" al ferrocarril.
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