Ferrocarril Económico Correntino es el nombre informal con que se conoce a las líneas ferroviarias de la Provincia de Corrientes en la República Argentina que utilizaron una trocha de 0,600 m, conocida como tipo Decauville.
La primera línea, el Ferrocarril Primer Correntino, operó entre 1892 y 1904, cuando parte de sus vías fueron levantadas y otra parte continuó operando como un ferrocarril industrial del Ingenio Primer Correntino.
La segunda línea, la Compañía General de Ferrocarriles Económicos de la Provincia de Corrientes, incorporó parte de la línea anterior y operó entre 1912 y 1927, cuando fue adquirido por el gobierno de Corrientes y renombrado como Ferrocarril Provincial de Corrientes.
En 1948 el ferrocarril fue nacionalizado e incorporado al Ferrocarril General Urquiza hasta el 1 de noviembre de 1969, cuando cesó sus operaciones y algunos años después fueron levantadas sus vías férreas, incluso la línea industrial que aún operaba en el ingenio azucarero. La red de vías se extendió por los departamentos: Capital, San Luis del Palmar, San Cosme, Mburucuyá y General Paz.
El ferrocarril utilizaba leña como combustible, desarrollando una velocidad media de unos 7 km/h y una máxima de 20.
Antes de cerrarse en 1969 la línea comenzaba en la Estación Corrientes (Kilómetro 0), ubicada frente a la plaza Libertad, junto a la cual se hallaban los talleres y salía de la ciudad de Corrientes hacia el Este por la actual avenida Centenario. Pasaba por el paraje Lomas de Santa Ana en donde en el kilómetro 15,3 se hallaba el Embarcadero Villa Solari.
Seguía luego hasta la Estación Santa Ana en la localidad de Santa Ana de los Guácaras (Km 18) y llegaba después a la Estación Juan Ramón Vidal en Ingenio Primer Correntino, desde donde se desprendía un ramal industrial de 13 kilómetros hasta la Estación San Cosme, que pertenecía al Ingenio Primer Correntino. Desde JR Vidal el ramal continuaba por el Apeadero Km 31 y alcanzaba la Estación San Luis del Palmar, luego de cruzar el arroyo Riachuelo. Continuaba por el Apeadero Riachuelito en el kilómetro 63 y luego cruzaba el arroyo Riachuelito y llegaba a la Estación Herlitzka. Seguía por el Apeadero km 89, el Apeadero Cerrudo Cué y la Estación Lomas de Vallejos en donde se bifurcaban los ramales hacia Caá Catí y hacia Mburucuyá.
El ramal a Caá Catí tenía 31 kilómetros y seguía por el Apeadero Loma Alta, Embarcadero Paso Florentín y finalizaba en la Estación General Paz de Caá Catí. El ramal a Mburucuyá tenía 55 kilómetros de largo, pasando por Estación Cerrito, Estación Puisoye, Apeadero Kilómetro 148, Apeadero Manantiales, en donde había un desvío para cargas, siguiendo luego al Apeadero Gauna para finalizar en la Estación Mburucuyá.
Las historias de este tren muy correntino fueron muchas. Juan José Folguerá poeta correntino y uno de los mejores sonetistas argentinos, le dedicó un libro “El caballito de hierro”; son muchas las anécdotas que se pueden contar: era lento pero seguro, durante mucho tiempo el único medio que unía la localidad de Mburucuyá con corrientes. Mi padre me contaba que frente a la Citral donde estaba la casa del tío Bernabé en Manatiales, él junto con sus primos Milton y Waldemar, enjabonaban la vía para que el tren resbalara; esa era parte de la diversión. Se acuerdan del guardia Ferreyra, quien con revolver en la cintura, conservaba -con buenos modales a veces y otras por la fuerza- el equilibrio armónico del tren. El recorrido de 170 kilómetros lo hacía en 18, salvo que no hubiera imprevistos o crecientes.
El trencito era motivo para dialogar, crear cuentos y leyendas, compartir el avío que toda la gente llevaba para el viaje; era necesario compartir ya que el tiempo de viaje lo permitía y acrecentaba
Mucho del progreso de Mburucuyá lo trajo ese tren, los materiales de construcción y maquinaria de la estancia Santa Teresa, el grupo electrógeno -toda una potencia en su época- de los Lentijo que tenía volante de más de 10 metros de diámetro; también trajo la máquina de cine de don Laurenzana y todo el despacho de mercaderías del pueblo se hacían casi en forma exclusiva en el tren. Así contribuyó con su lento andar al desarrollo y progreso de Mburucuyá.
Se escuchan las anécdotas del viaje de los conscriptos que viajaban en el tren rumbo a Corrientes para servir a la Patria; la fiesta la noche anterior y la despedida solemne con el arrojo de naranja. Garrido, jefe de la estación de Mburucuyá en los diálogos -algunos jocosos y otros traviesos- con los comerciantes. Don Antonio Niz, la guitarra mayor de Corrientes, se embarcó en la estación Manantiales buscando el desierto verde del Chaco para sacarle sus frutos a la tierra como brasero y así comprar su primera guitarra. Tito Miqueri llegó de Esperanza (Santa Fe) en ese tren; Don Eustaquio Miño recreó en más de un viaje con su bandoneón la acompasada marcha del pequeño ferrocarril.
Inclusive el periodista, escritor, dramaturgo y traductor, Rodolfo Walsh, descendiente de irlandeses, tuvo su experiencia en este pequeño tren que conoció en uno de sus viajes a esta provincia y al que le dedicó una hermosa nota periodística en 1966 que se llamó: “El expreso de la siesta”, en la que caracterizó el Trencito con la siguiente frase: “No es un caso excepcional, sino apenas reciente, en la historia del tren más chico, más lento, más exasperante y más divertido del mundo”.
No obstante los recuerdos, anécdotas y utilidad, la despiadada política y el mal llamado desarrollo acabaron con este tren tan correntino; algunos paisanos sin querer salen como un gesto casi aprendido a levantar la mano para subir al tren; pero su marcha cansina, el humo que de lejos se avizoraba como una tormenta, el silbato como un chiflido que anunciaba el paso de este querido tren correntino, ya no está. Fuente: Diario El Libertador
Este trencito del ramal 0,60 del Urquiza, fue levandado por la manito del entonces presidente Onganía. Un gobierno que nadie votó.... Bonutti
ResponderEliminar¿No era el ferrocarril Quijano, propiedad de Jazmin Hortensio Quijano, el primer vicepresidente de Peròn?
ResponderEliminarEn cualquier país con funcionarios competentes se hubiese mantenido este trazado como atracción turística, Argentina hoy tiene déficit en muchas áreas como transporte por lo contrario.
ResponderEliminarNO; no fue del Dr.Quijano. Siempre ha sido de la Provincia hasta su paso al Urquiza y luego -como digo-por Onganía.
ResponderEliminarObviamente, no soy dueño de la verdad. Es el historial que conozco.-
Bonutti
Hasta que año circulo el ramal Manantiales? yo recuerdo que era muy chico y lo veía pasar cuando iba a visitarlo a mi abuelo, tengo una imagen muy difusa.
ResponderEliminarGracias
Gerardo
Yo he viajado en el Económico, la última vez lo hice en el año 1967 sino me falla mi "caja negra" en el mes de marzo, debía entregar una tropa de animales y el colectivo de los Jensen, no funcionaban por los estado de los caminos ( por Saladas, por El Descabezado, por El Pollo ) no había manera ní de entrar ni de salir de Mburucuya, la única forma de hacerlo era con el Económíco. El viaje resulto de lo más entretenido' salimos de Corrientes a las 5, 30 hs con una puntualidad inglesa, pero no tenía horario de llegada, cosa que lo hizo al otro día a las 4,00 hs. Eso sí se cumplió lo que me habían dicho a mí : Una vez que sale, seguro que llega ......voy a contar algo de lo presenciado en dicha "travesia" la caldera se quedo si agua, y fuímos a traerla de una laguna en los mas diversos recipientes,latas, envases, etc. y luego para trepar las lomas del paraje El Cerrito, se detuvo el tren le puso doble ración de leña blanca a la caldera, arena en las vías ( para que no patinen las ruedas ) y toco un llamado para que suban todos y hasta Mburucuyá no paramos,...... Pedro Antonio Azzano Loma Alta - Mburucuyá
ResponderEliminarHala seran que me pueden ayudar a encotra mas informacion para hacer un trabajo de investigacion sobre el tren
ResponderEliminarhttps://www.pagina12.com.ar/153119-el-expreso-de-la-siesta
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