Mientras tanto, los habitantes norteños padecen de un transporte automotor deficiente y con tarifas abusivas.
A casi veintiún años del cierre del ferrocarril en el país, una medida que dejó no solo obreros en la calle, sino también pueblos incomunicados y deprimidos, como La Quiaca y tantos otros de la Puna y Quebrada. Con la llegada del tren nace y vive la ciudad fronteriza. Su llegada se produce en 1907 adornado con banderas argentinas y bolivianas, siendo sus exclusivos pasajeros técnicos y empresarios políticos de la época.
Según cuentan durante los primeros viajes los vagones cargueros venían repletos de cereales en grano, harinas y grasas. Mientras tanto, volvían al sur con minerales y braceros para la zafra de los ingenios azucareros asentados en Jujuy y Salta. Con el transcurrir del tiempo fueron incorporándose servicios semanales utilizados por toda la población. Para la época este tipo de transporte resultaba seguro y cómodo comparado al transito en mula, burro o llama. Sin embargo el viajero se exponía a vientos, tormentas y hasta el pillaje de forasteros. Quien no recuerda hoy como bandoleros yanquis se robaron la remesa en peso oro de la empresa Minera Aramayo-Patiño, a la altura de la localidad boliviana de Tupiza, plasmada luego al cine. Luego con la construcción de la ruta 9 el uso del tren quedó reducido al traslado de los pobladores más humildes.
Cuando Perón nacionalizó los ferrocarriles en 1947, éstos ya tenían problemas de maquinarias y administrativos. Por entonces defendió los ramales estatales y adquirió los que estaban en manos privadas. Proceso contrario promovió el ex presidente Carlos Menem que los cerró durante la década del 90. La escasa reacción popular a la medida y las posteriores varias promesas reactivadoras aún no llegaron a concretarse. Aquel día, miles de familias quedaron desmembradas porque perdieron su fuente de trabajo, innumerables pueblos aislados a la vera de la ruta nacional 9, muchos de ellos perdieron su identidad acrecentándose la incomunicación y la desigualdad social. Hoy el abandono y deterioro de terrenos ferroviarios, vías y estaciones (nuestro patrimonio), son "recuperados" por organizaciones sociales.
Sin duda, la desventaja de no contar con una opción de transporte económica, segura y ecológica son algunos de los males que dejó el cierre del ramal ferroviario entre La Quiaca-Jujuy. Las consecuencias que sufrimos hoy los habitantes norteños es un transporte automotor deficiente y con tarifas abusivas como única opción para el traslado de pasajeros hacia la capital u otros destinos. Un elevado costo del flete en el transporte de carga por camión que influye directamente en los productos de primera necesidad, cuando la ultima maquina partió de La Quiaca provocó en la gente desesperanza porque con el tren murieron caminos y sueños. Así lo atestiguan dos generaciones de quiaqueños que miran la estación recordando otros tiempos.(Fuente y foto: El Tribuno)
El ramal La Quiaca-Jujuy también facilitaría la unión de las dos redes Bolivianas y una salida hacia el puerto de Arica de los productos argentinos.
ResponderEliminarY sería una buena alternativa turística ya que ese ramal atravieza una región muy linda!!!
ResponderEliminarNo solamente la estación de La Quiaca quedó en ruinas, sino todas las que pertenecían a esta línea, empezando por la misma terminal de Jujuy, cuyo edificio está ocupado por dependencias Municipales, y sus andenes techados fueron alquilados a un aserradero, lo mismo pasó con estaciones de esta ramal como Volcán, Humahuaca, Tilcara, etc.
ResponderEliminarLa quiaca pertenece al ramal del ex Belgrano que une la capital jujeña con el límite de nuestro país con Bolivia, desde luego la linea férrea se interna en éste último pudiendo proseguir viaje inclusive hasta Perú. Quien tuvo el enorme privilegio de hacer éste hermoso viaje fue Germán Sopeña, periodista de La Nación, ferviente defensor de ferrocarril y que falleciera en un accidente aéreo en su amada Patagonia.Ahora bien éste ramal se encuentra en total estado de abandono, con faltantes de vías, durmientes y hasta puentes. Las estaciones se encuentran todas usurpadas y desvalijadas de todo elemento ferroviario. LLegando a Humahuaca desde la ruta se observan hasta precarias construcciones sobre las vías.Puedo demostrarlo todo pues lo he documentado en mis viajes por dicha región. Me consta que el Gobierno Provincial alberga ambiciosos proyectos para reactivar el servicio ferroviario, no obstante ello basta con ver la estación en San Salvador de Jujuy mismo para darse cuenta que todo es pura teoría, es cháchara electoral. Ojala me equivoque pero por lo que pude apreciar personalmente sumado a lo que me han contado in situ, lo veo difícil cuando no, imposible de que suceda. Gracias. Un cordial saludo. Dr. HUBER.
ResponderEliminarYo trabajé en El Aguilar e hice ese trayecto muchas veces en camioneta (la ruta zigzaguea a un lado y a otro de la ruta). Es tan lindo como el tren a las nubes.
ResponderEliminarEste ramal de Jujuy - La Quiaca - Tilcara - Villazón (Bolivia) es mejor ramal turístico que el C-14. No se como todavía el Estado y alguna empresa turística no le pusieron los ojos para repararlo y explotarlo, incluso para la carga.
ResponderEliminarRogelio Rodríguez
No pasa lo que dice Rogelio, porque en lugar de pensar en un país grande, pensamos en pavimentar 100 metros de un calle y hacer un acto donde todos vayan con las banderitas a aplaudir; después te lo filman y lo pasan en la propagan de Fútbol para Todos como "aquí la Nación también crece".
ResponderEliminarLas veces que fuí a La Quiaca y a Villazón ( a tomar el tren en Bolivia ) cuando volvía pensaba "hay tren en Bolivia y cuando paso a Argentina está abandonado" una locura más de nuestros próceres políticos.
ResponderEliminarEl otro dia después de 25 años viaje a Bolivia por la quebrada de Humahuaca, que distinto es el paisaje de las estaciones de trenes, un silencio total, me baje del colectivo y camine las callecitas de distintos pueblos como Tilcara, Humahuaca, Abra Pampa y al final llegue a La Quiaca. La época del 90 sin dudas dejo sus marcas en todas esas sociedades.
ResponderEliminarLejos esta el florecer de esos pueblos allá por la década del 50 con el ferrocarril. Hermosa cronica de viaje de San Salvador de Jujuy a La Quiaca, escrita en 1909 por el frances Jules Huret encontre en http://centenariolaquiaca.blogspot.com/2009_04_01_archive.html o centenariolaquiaca.blogspot.com , el audio es imperdible del relato por las vias del tren y los pequeños poblados de principios de siglo XX en Jujuy....Saludos