Como megaproyecto no sólo implica una tarea titánica desde el punto de vista técnico y de ingeniería, sino que además encierra importantes desafíos por alcanzar consensos en el ámbito económico y tarifario.
Hace unos años el proyecto Ferrocarril Transcontinental Brasil-Perú, Atlántico-Pacífico (Fetab), parecía ser una más de las propuestas utópicas y titánicas que se anuncian con el fin de lograr la cooperación en materia de comercio regional.
Pero la iniciativa está concitando actualmente un renovado interés por parte de inversores extranjeros y autoridades de ambos países mencionados, otorgando nuevos bríos a su posible materialización.
El megaproyecto tiene el ambicioso objetivo de unir el Atlántico con el Pacífico mediante un ferrocarril que recorrería los territorios peruano y brasileño, facilitando así todo el transporte de materias primas. La nueva ferrovía transportaría principalmente fosfatos desde el puerto de Bayóvar, situado en el norteño departamento peruano de Piura, hasta Brasil y, a su vez, permitiría exportar soja brasileña al mercado asiático, a través de los puertos peruanos.
Se trata de un emprendimiento pionero en materia de construcción de ferrovías en América Latina dada su complejidad, cuya inversión inicial está estimada en 10.000 millones de dólares e implicaría cinco años de actividades para levantar una ferrovía que totalizaría 4.544 kilómetros de longitud.
No obstante, el Fetab no es una iniciativa reciente. Ya en el año 2000 diversos inversores habían manifestado su interés en llevarlo a cabo, pero han tenido que pasar varios años para que el diseño del trazado y la propuesta técnica fueran madurando. Y por lo visto, ha llegado el momento de avanzar en la materialización del proyecto, ya que han aparecido en escena varios grupos de inversores internacionales interesados en la iniciativa.
Entre esos grupos, mencionados por medios de la región, figuran el grupo constructor italiano Impregilo y la estadounidense General Electric, uno de los principales productores mundiales de locomotoras, entre otros, los que, a juicio de Ian Thompson, ex jefe de la Unidad de Transporte de la Cepal y socio fundador de la Sociedad Chilena de Ingeniería en Transporte, es muy probable que estén interesado en cerrar contratos.
Según una reseña de Universia Knowledge Wharton, publicada por América Economía, si se logra llevar a cabo este proyecto, que hoy está en etapa de estudio y validación técnica, no sólo se convertiría en el principal ferrocarril transcontinental de Sudamérica, sino que además sería una gran oportunidad de minimizar los tiempos y costos de transporte de los productos que transitan por Perú y Brasil.
Según Mario Tello, profesor de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, sólo basta mirar los elevadísimos costos actuales que se desprenden del transporte de mercaderías, ya sea por tierra o por mar, desde Bayóvar, en Perú, a Manaos, en Brasil, para darse cuenta de que el Fetab es una alternativa mucho más competitiva, que además incrementaría la rentabilidad de todos los negocios presentes y futuros en las localidades por donde está previsto que pase el ferrocarril.
Además, comentó Tello, el comercio de productos como soja, hierro, acero, calzado y azúcar entre otros, desde Brasil hacia el Asia-Pacífico se ha incrementado de forma significativa en los últimos años, por lo tanto, contar con una efectiva salida hacia la costa Pacífica, hoy es una prioridad para Brasil.
No obstante, el proyecto enfrenta una barrera enorme y compleja, la Cordillera de Los Andes, que sube hasta los 4.000 metros sobre el nivel del mar, según advirtió Thompson (Fuente: Empresas News.com - Nota enviada por nuestro colaborador señor Alejandro Iannello)
Los Trasandinos (por Las Cuevas a Valparaíso y por Socompa a Antofagasta) ¿no eran transcontinentales?
ResponderEliminarClaudio Sánchez
No es verdad que este proyecto sea el primero. No como proyecto ni como obra ni como servicio.
ResponderEliminarHubo otros proyectos muy anteriores, como el del FCO para cruzar por el paso del Planchón en la década de 1880 más o menos. Como obra real, existe desde hace más de 75 años el ferrocarril de trocha angosta que enlaza el puerto de Santos (Brasil) con los puertos de Antofagasta e Iquique en Chile. Me parece que esto entre Brasil y Perú es otro de los muchos casos que se plantean habitualmente por Bolivia y por Ecuador, casos que necesita Brasil y que son muy dificiles de solucionar por razones ambientales y topográficas.
En Argentina y Chile podríamos tener 4 ferrocarriles transcontinentales funcionado: el C-14 (cruza por Socompa), el transandino central (por Las Cuevas), el transandino del Sur (en Neuquén) y prolongar la línea Puerto Loyola-Río Turbio hasta Puerto Natales, lamentablemente las políticas antiferroviarias hacen que hoy Argentina no tenga salida ferroviaria al Pacífico, el C-14 si bien es transitable prácticamente no tiene tráfico de carga hacia los puertos chilenos de Antofagasta o Mejillones.
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