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20 de junio de 2020

La Fraternidad, el decano de los sindicatos, cumple 133 años de existencia

Gremiales

Redacción Crónica Ferroviaria

Hoy, 20 de Junio, el sindicato La Fraternidad (Conductores de trenes) cumple 133 años de existencia. Originado en una mutual, como muchos otros gremios, fue el primero en el país en organizarse nacionalmente, aprovechando la estructura de las empresas ferroviarias. Debido a ello, jugó un importante papel ayudando a organizar sindicatos en otras ramas por todo el país. Por eso es el decano.

El sindicato en un comunicado expresa, entre otras cosas, que "su larga memoria afronta hoy el desafío de una gravísima e inédita crisis sanitaria mundial que también impacta en nuestro país y que más allá de las justas medidas adoptadas con prontitud por el gobierno nacional, profundizar a la difícil situación económica heredara por años de recesión y parálisis económica".


También manifiestan que "la pandemia desatada ha puesto en evidencia la fragilidad social y económica de nuestro país, la crisis manifiesta del mundo del trabajo y sus graves consecuencias para la  vida del pueblo trabajador, por lo que es más importante que nunca apelar a la Unidad de todos los argentinos sin distinción".

"Los trabajadores ferroviarios, y entre ellos los fraternales, hemos estado a la altura del enorme desafío garantizando el transporte de personas y cargas de un servicio considerado esencial desde el primer día de la cuarentena, declarada por el gobierno y desarrollada en acuerdo con todos los gobiernos provinciales,los partidos políticos y las fuerzas vivas del país, hecho que ha sido considerado y reivindicado por la propia Organización Mundial de la Salud", expresan.


Continuando diciendo que "los trenes no se han detenido y nuestros compañeros han afrontado el riesgo de conducirlos a destino dentro del protocolo de medidas  y cuidados dispuestos por las autoridades y las gerencias de las empresas ferroviarias, que a pesar de los errores y las dificultades iniciales siempre han contado con la participación activa y efectiva de las organizaciones del riel".

"Nuestro país y la inmensa mayoría de sus habitantes deberán afrontar las consecuencias del descalabro económico, seremos más pobres y para superarlo será más importante que nunca la Unidad de todos los argentinos".

Además, para La Fraternidad "las dirigencias deberán ponerse de acuerdo en la concreción de un gran Pacto de Unidad Social y Económica que proteja adecuadamente a nuestro pueblo con un plan de reactivación de la economía nacional y sostén de todos sus habitantes",   

También, manifiestan con dureza que "mientras tanto las organizaciones ferroviarias haremos todas las negociaciones necesarias para proteger el salario y las condiciones de trabajo y vida de la familia ferroviaria, mientras reclamamos la impostergable recuperación ferroviaria, porque es irracional sostener el actual costo logístico que moviliza más el 90% de la riqueza nacional a través de caminos y camiones por toda la República".

"Insistiremos en la vigencia de la negociación paritaria y la derogación del inaceptable Impuesto al Trabajo, y comprometidos con la gobernabilidad reclamaremos para que antes que al “Mercado” se atienda el interés del pueblo trabajador, con un proceso efectivo de recuperación del Estado con más intervención y atribuciones".

"Nuestro Programa Gremial defiende un país donde los trabajadores puedan vivir con empleo de calidad, paritarias sin regulación, capacitación, seguridad social y personal, con oportunidades para los jóvenes y felicidad para los niños, donde la Justicia Social y la protección del mercado interno nos reafirme como Nación independiente".

Por último, expresan que "nuestro programa rinde homenaje a las generaciones que lucharon y vivieron para La Fraternidad, especialmente a los 208 valientes que la fundaron el 20 de Junio de 1887, y a todas las generaciones de compañeros que lucharon con valentía por su grandeza que reafirma en nuestro 133 aniversario la defensa irrestricta de toda la familia fraternal".

Desde CRÓNICA FERROVIARIA saludamos a los integrantes de la Comisión Directiva y a todos sus afiliados por el 133 Aniversario del decano de los sindicatos.

20 de enero de 2016

Subtes porteños exceden las emisiones de sonido permitidas por la OMS

Actualidad

En la ciudad porteña abundan los pasajeros diarios del subte, expuestos a los ruidos de este medio de transporte que causa daños auditivos, estrés, entre otros síntomas.

Las formaciones de los subterráneos porteños de la Ciudad de Buenos Aires registran picos y hasta promedios de viaje total mayores a los topes sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo con la medición que realizó la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos (MAH), los ruidos de la línea C llegan a intervalos de 102,5 decibeles. La OMS estima que las máximas recomendables de exposición al sonido diarias son 80 decibeles. Los estudios que encabezó el Ingeniero Horacio Cristiani con el MAH revelaron que las líneas B,C,D,E y H tienen un promedio sonoro de viaje mayor a los 80 dcb que recomienda la OMS. El caso de la formación A, mejoró en 2013 tras cambiar los coches por unos más herméticos, aunque sigue registrando lapsos de 88,5 dcb, siendo aún la menos ruidosa. El ramal que recorre Retiro-Constitución (C) es el que más excesos muestra, con un promedio de 87 dcb y picos de 102,5 dcb. El 61% de los pasajeros de este trayecto califican entre ruidoso y muy ruidoso a sus viajes.


“Sueño con los ruidos del subte, aunque algunos trabajadores de acá tenemos protectores en los oídos, estar 6 horas acá te hace mal igual, y muchos otros ni siquiera tienen esta protección”, señala un empleado de Metrovías.

Para aquellos que viajan cotidiamente en el subte, es una costumbre someterse a los picos de sonido que emite el transporte, y hasta es aceptado por la sociedad. ¿Qué es lo que no saben de estos ruidos? Alteran la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y el sistema nervioso central. Además, producen dolores de cabeza, mareos, estrés y falta de concentración, según un estudio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref).

“Siempre en los viajes a Constitución tengo que ponerme los auriculares hasta que salga de la estación, aunque a veces ni escuche música”, denuncia Mercedes Braña, pasajera de la Línea C y estudiante de Comunicación en la UBA.

Pablo Masson, profesor de la carrera de Ingeniería de Sonido en la cátedra Psicoacústica de la Untref, afirma los que ruidos vienen del roce con rieles desformados, butacas con tornillos flojos y ventanas mal cerradas y propone arreglar las instalaciones para reducir los ruidos.

Este problema ha sido denunciado desde 2001, y si bien se han hecho reformas que disminuyeron el daño auditivo, todavía no se llega a números que salgan de los riesgos, especialmente a los trabajadores de este medio de transporte, que a pesar de tener jornadas reducidas de trabajo (seis horas diarias), son los más afectados.Perfíl.com

5 de noviembre de 2015

Inseguridad vial: una “enfermedad silenciosa” y “silenciada”

Nota de Opinión

Por: Dr. Eduardo Bertotti (Director ISEV)

Creo, en lo personal, que uno de los conceptos más acertados en las últimas décadas fue aquella definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que identificaba a la problemática de los daños, lesiones y muertes en la circulación vial como los nefastos resultados de una “enfermedad silenciosa”, aunque yo le hubiese agregado (bajo mi responsabilidad) muchas veces también “silenciada”. Y desde el principio “atajo” a aquellos que pretendan adjudicar a estas reflexiones ribetes de políticas partidarias. 

Nada más alejado a mi intención. Mi mirada es total y exclusivamente social, porque creo, que las voluntades políticas se expresan a partir de la presión del deseo de la sociedad. Si el tema de la Seguridad Vial no aparece en la agenda política de la sociedad es porque no ha sido lo suficientemente evidenciado por ella, como para que sus líderes así lo interpreten y consideren. Es una opinión personal y puede estar errada.


Conceptualmente, desde una visión de salud, una enfermedad se considera “silenciosa” cuando se inicia y evoluciona sin que la persona o la sociedad se dé cuenta (o quiera darse cuenta), porque se considera que no provoca síntomas. Sin embargo, veremos que en realidad no son tan silenciosas, y ofrecen síntomas que simplemente no queremos o, simplemente no podemos reconocer, que son como alarmas que silenciamos y no nos dignamos escuchar.

Dentro de las enfermedades silenciosas se pueden incluir las denominadas «silenciadas» u «ocultadas», que sí presentan síntomas muy evidentes pero que pocas personas admitirían públicamente padecer porque se consideran vergonzosas. Las más comunes son las de transmisión sexual (sida, sífilis, etc.) pero también otras de aislación social (tuberculosis, lepra, etc).

Escapándome de la visión de salud y bajo la riesgosa actividad del “parafraseo” me animo a acercar otras “calidades” a las consideraciones de “enfermedad silenciosa y silenciada” de la inseguridad vial.

Evidentemente, es una enfermedad social endémica, ya que no reconoce fronteras ni físicas ni de nivel social y económico, aunque si es reconocible la mayor INDEFENSIÓN y DESPROTECCIÓN de sus efectos nocivos en los niveles de menor poder adquisitivo. Esto último, reconocido a nivel “intelectual” por los principales organismos mundiales, carece aún de instrumentación fáctica en el campo de los tan mentados “derechos humanos”.

A mi criterio (me hago cargo), es una “enfermedad social silenciosa”, esencialmente porque “no reconocemos” los síntomas. Somos como el “sapo” que muere hervido en el agua de una olla que calienta de a poco. La “cultura de fatalidad” que poseen muchas sociedades frente al siniestro vial, opera como un “velo” que impide la visión preventiva y el consecuente asumir nuestra “cuota parte” de responsabilidad individual y colectiva en la producción de los mismos y en la minimización de sus consecuencias (ejemplo patente de esto último es la actitud absurda y suicida de no usar elementos de protección).

Ahora bien, este “velo” sólo puede descorrerse con la única “herramienta” eficiente que transforma culturas: la Educación. Hay profesionales y líderes sociales que llevan décadas discutiendo si la “educación vial”  debe ser transversal o materia autónoma en el ciclo formal de educación, sin detenerse a observar que una gran proporción de la sociedad cree que la educación vial es la instrucción sobre el significado de las señales viales.

Finalmente creo, como anticipé, que en muchas oportunidades es también una “enfermedad social silenciada”. Frases usuales, referidas a las consecuencias, como “es el precio que pagamos por el progreso”, “la única solución es que duela el bolsillo”, acciones desarrolladas bajo lemas como “Sin casco, no hay combustible”, “Usá casco o te quitamos la moto”, evidencian limitaciones vergonzantes de administradores y administrados, que eluden la consideración cabal del problema, ocultando en definitiva la “enfermedad”.

¡Qué decir! O mejor…¡Que NO decir!, si como sociedad hemos llegado a discutir acaloradamente cuántos muertos “viales” tenemos, “ocultando” bajo el “enredo” de las cifras, que poco o nada hacemos como sociedad (en general) para evitarlos.

En los últimos años, es enorme el esfuerzo de las asociaciones, fundaciones y agrupamientos de familiares y víctimas de esta enfermedad social, por HACERLA VISIBLE para el conjunto de la sociedad.

¿Será que tendremos que ser todos víctimas o familiares?. ¿No nos damos cuenta que ya lo somos en alguna medida por ser parte del “cuerpo enfermo”?.

La “fiebre” es muy alta.