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30 de noviembre de 2010

UN CRÉDITO QUE ERA PARA AEROLÍNEAS FINANCIÓ LA NUEVA COMPRA DE TRENES

Eran 100 millones de euros para Marsans que España desvió a esa polémica venta.

Un desconocido crédito millonario del gobierno español al argentino también forma parte de la polémica trama de las negociaciones por los acuerdos de compra venta de material ferroviario usado. La decisión política del jefe de Gobierno ibérico, José Luis Rodríguez Zapatero, de apoyar la gestión de Néstor Kirchner primero y de Cristina después, tuvo -según pudo reconstruir Clarín de cuatro fuentes oficiales de los dos lados del océano- un capítulo que nunca se hizo público: durante la visita oficial de Cristina Kirchner en febrero de 2009, ambos consensuaron la habilitación de 100 millones de euros destinados a solucionar el conflicto abierto con Marsans, que acababa de perder el control de Aerolíneas por una decisión de los Kirchner y en consecuencia había demandado al Estado ante el CIADI. ¿Cómo se une la plata de los aviones con los trenes? Argentina no habría cumplido con el trato y la incomodidad política en la Moncloa por haber abierto una ayuda financiera sin obtener resultados, llevó a una rápida negociación para que ese dinero tuviera otro destino: un nuevo acuerdo por compra de locomotoras y vagones.

En el año 2007 coches de pasajeors ex Renfe en playa de cargas Kilo 5 - Foto: Rodolfo Risciotti 

En Madrid, la ciudad que ayer recibió la primera nevada del otoño, una fuente que participó de estas operaciones apunta el episodio: “cuando Cristina viajó a Madrid estaba el pleno conflicto con Marsans. Ahí, el gobierno de Zapatero decidió ayudar liberando una partida de crédito que nunca se ejecutó y así fue cómo se armó un acuerdo ad hoc para los trenes”, sintetiza.

Clarín se comunicó con la secretaría de Transporte argentina donde confirmaron que efectivamente España había intentado paliar con dinero español la crisis con la empresa propiedad de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán. Dieron por cierto también que ese dinero terminó luego en los trenes. El único punto en que difieren las fuentes de un país y otro es en el origen de ese crédito. Desde Buenos Aires aseguran que es “un remanente” nunca pagado por Argentina de una financiación originada en la crisis de 2001 cuando, por fuera del Club de París y enmarcados en la decisión política de ayudar al rescate de Argentina, el gobierno español otorgó un crédito de aproximadamente mil millones de dólares.

En Madrid desestiman esa versión porque en rigor, al día de hoy esa deuda pendiente asciende a US$ 836 millones y está intentando ser negociada. El relato ibérico de esos hechos dice que en la visita de Cristina el 9 de febrero de 2009, Zapatero quiso colaborar en la resolución de un problema fastidioso: el matrimonio Kirchner -a quien venían apoyando sistemáticamente- acababa de darle salida con malos modales a Marsans, la compañía en la que estaba Díaz Ferrán, quien entonces era presidente de la poderosa Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Por esos días, Marsans ya había recurrido al CIADI para reclamar la re estatización sin indemnización decidida en Argentina. Como mecanismo de negociación estaba sobre la mesa la concreción de pre acuerdo de compra de una flota de Airbus para Aerolíneas. Los socios de Marsans ya habían pagado un adelanto que perderían si no se concretaba el negocio que ahora debía ser motorizado por el Estado nacional.

En ese marco, surgió la alternativa de la financiación que el gobierno argentino nunca reconocería en el contexto de crispación que tenía su relación con los dueños de Marsans. En efecto, el plan no funcionó porque Argentina no cerró el convenio con Airbus.

Así, en mayo de este año, cuando Cristina volvió a Madrid por la Sexta Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea-América Latina y el Caribe, se habría encontrado una solución que se tradujo en los papeles apenas tres meses después cuando el ministro de Planificación Julio De Vido cerró un nuevo acuerdo de compra de material ferroviario que significa la continuidad por cuatro años más de un negocio que había manejado Ricardo Jaime junto a su asesor Manuel Vázquez, hasta que se fueron del poder.

La anécdota de esta operación circula como una queja en las oficinas de Renfe operadora, la estatal ferroviaria a cargo la provisión de los vagones y locomotoras que viajan en buque a Buenos Aires desde que Néstor Kirchner y Zapatero firmaron un acuerdo que ahora es objeto de un escándalo luego de la revelación de los correos electrónicos del asesor de Jaime.(Fuente: Clarín)