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30 de mayo de 2011

CHILE: TREN DEL VINO EN SAN FERNANDO: DE MONUMENTO NACIONAL A OBJETO EMPRESARIAL

Se vivía el último lustro de la dictadura cuando Víctor León, profesor de mecánica del Liceo Industrial de San Fernando, tuvo la idea de rescatar alguna locomotora en ruinas para restaurarla. Fue así como, tras un par de trámites, la locomotora a vapor Nº 607 llegó, en el año 1987 a cumplir el sueño del docente, quien involucró a sus alumnos y a tres ex ferroviarios para recuperar la máquina

“Eran tiempos difíciles, la gente no estaba muy motivada para hacer ese tipo de trabajos, los medios económicos tampoco estaban a disposición para cualquier cosa”, relata Manuel Torres, uno de los alumnos que participó en el proceso.

“Yo los llevé a conocer la locomotora y ahí se entusiasmaron los chiquillos, incluso habían unos que venían de otras partes, a veces tenía para pagarles el pasaje, a veces no”, cuenta Víctor León, quien apunta que la primera fase de la restauración -solo estética- demandó el trabajo de casi ocho meses, los sábados y domingos.

La historia tras la restauración de una locomotora en ruinas, el provecho de Carlos Cardoen, famoso empresario, y la falta de reconocimiento a los ciudadanos que pusieron su empeño antes de que comenzara el negocio.




Diversas piezas, accesorios y adornos fueron trabajados por el equipo de León, generando una auténtica mística de trabajo no remunerada. “Sabíamos que no había recompensa a cambio, era algo personal”, declara Alejandro Cariceo, ingeniero, quien cursaba 3º Medio cuando participó del proyecto.

La primera etapa terminó cuando el aspecto estético de la máquina estuvo totalmente recuperado. El 8 de febrero de 1996 el Ministerio de Educación declaró monumento histórico de la ciudad a la Locomotora Nº 607, estableciendo sobre ella ciertas normas de seguridad que tardarían poco tiempo en demostrar su fragilidad.

ACUSAN DESPOJO

Tras el tiempo invertido, la apariencia de la locomotora no sería suficiente para dar por terminada la tarea. Desde 1997, León y sus alumnos comenzaron a forjar el sueño de ver a la vieja máquina funcionando como en sus mejores tiempos.

Entonces, una conversación casual entre el profesor Víctor León y el empresario Carlos Cardoen cambiaría el rumbo de las aspiraciones del equipo restaurador.


El empresario –quien tiene una captura internacional pendiente debido a la venta de armas y bombas de racimo a Sadam Hussein, y está encargado a la Interpol- le anunció a León que estaba interesado en crear un proyecto turístico que rescatara el trabajo de años de los sanfernandinos. La sociedad en cuestión sería conocida como “Corporación Tren del Vino”, liderada por una serie de representantes municipales, la Empresa de Ferrocarriles del Estado, la Asociación Chilena de Conservación del Patrimonio Ferroviario, la Ruta del Vino de Colchagua y la Fundación Cardoen a la cabeza.

“Nosotros como corporación hemos hecho caminar esta locomotora durante mucho tiempo”, reflexiona Carlos Cardoen, quien asegura reconocer el esfuerzo de León y sus alumnos, pese a que “ellos jamás participaron en hacer nada que no fuera asesorar los trabajos”.

Según el empresario, “no hubo ninguna inversión económica” –por parte del grupo restaurador de León-. Cardoen asegura que ellos solamente guiaron “lo que había que hacer, cómo había que hacerlo, etcétera”.

Tras la iniciativa de Cardoen, la máquina restaurada fue entregada en “comodato” –arriendo no pagado- por la municipalidad a la Corporación Tren del Vino, debido “al costo que significaba para el municipio mantener dicho monumento”, según afirma el coordinador regional de Monumentos Nacionales de O’Higgins, Eduardo Contreras.

La labor de los restauradores comenzaba a ser omitida. El Tren del Vino se apoderó de la vieja Locomotora Nº 607, que pasó a formar parte de un exclusivo tour, cuyo pasaje costaba entre los 25 y los 105 dólares.

“FUIMOS ENGAÑADOS”

Tras el nulo reconocimiento por el trabajo, que reclaman los ex ferroviarios, ciudadanos, alumnos y profesores que participaron en los largos años de restauración de la 607, la decepción y el paso del tiempo distanciarían a los protagonistas del proyecto.

“El comodato fue un error”, señala el concejal Mario González (PS), quien especifica que las ganancias que obtuvo el ingeniero Carlos Cardoen son claras: “A él la locomotora le rindió frutos, trayéndole gente a sus hoteles con el recorrido del tour”.

Sin embargo, según el propio Cardoen, el negocio del Tren del Vino sólo generó pérdidas. “Existe un déficit del orden de entre 60 y 80 millones de pesos anuales que hasta ahora los solventa mi Fundación”, enfatiza. Respecto a los rumores de quiebra que rodean a la Corporación, el empresario asegura que “eso es de falsedad absoluta. De hecho, la locomotora está en perfecto estado, ha sido cuidada y espera la restauración de la vía férrea –dañada durante el pasado terremoto- para volver a funcionar”.

A 11 años de la creación del Tren del Vino, son varias las voces que cuestionan la legalidad del trato por medio del cual la Municipalidad de San Fernando cedió la máquina a la Corporación. Al respecto, Contreras establece que “la locomotora la pueden vender, lo que pasa es que la persona que la compre no puede desmantelarla o quitarle su valor patrimonial”.

La insistencia de León, sin embargo, nace del deseo de recibir reconocimiento por el trabajo de años en el que él y sus alumnos estuvieron inmersos. “Esta lucha es por la justicia y la dignidad de quienes fuimos engañados”, señala. Una pelea que, según destacan personas que financiaron piezas de la restauración y participaron del proyecto, “está perdida”.

“Siempre se ha reconocido que ellos participaron”, asegura Carlos Cardoen. “Pero yo no puedo andar con un cartel y un bombo reconociendo lo que hayan hecho”.

Hasta ahora, la existencia de la locomotora es la huella de un proyecto que nace sin mayores pretensiones que un ideal educativo, pero que con el paso del tiempo perdió el valor patrimonial que motivó su restauración para transformarse en un producto de mercado, lejos de quienes la hicieron recobrar vida. Los negocios que la circundan van más allá de las ganancias que pueda generar la venta de pasajes, pero los ciudadanos insisten en que hay un esfuerzo de quienes pusieron su empeño en sacarlo adelante y es de justicia que eso se valore. Por Vanessa Vargas y Gustavo Peralta http://www.elciudadano.cl/  - Nota enviada por el señor David Guerrero)