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18 de septiembre de 2017

El ferrocarril llega a Zárate

Historia Ferroviaria

Por Arq. Silvia Irene Baccino

En la década de 1880 dos líneas férreas llegaron a Zárate e integraron el Partido al sistema productivo nacional acelerando, de este modo, el progreso y desarrollo económico de la región en su lógica expansión de riqueza: el Ferrocarril Buenos Aires al Rosario y el Ferrocarril Central de Buenos Aires.

El mayor impulso del crecimiento de Zárate se produce a partir de la década de 1880 cuando se ve involucrada en el denominado “Proyecto de la generación del ‘80” como ciudad puerto del litoral, desarrollándose en nuestro territorio industrias de elaboración primaria que se vieron apuntaladas por la llegada del ferrocarril.

El Partido de Zárate hacia 1880

En 1880 la población ascendía a 2000 habitantes en la parte urbana y en 1881 el Censo Provincial, realizado durante la administración del Dr. Dardo Rocha, atribuía a Zárate 21 ¼ de leguas cuadradas formando la parte central del pueblo unas 70 hectáreas, cerca de 5.376 las quintas, chacras, calles y plazas y unas 51.854 eran las destinadas al pastoreo.

Las comunicaciones del Partido, además de la fluvial, eran por ese entonces cinco caminos rurales que vinculaban a Zárate con los pueblos de Baradero, San Antonio de Areco, San Andrés de Giles, Exaltación de la Cruz y Campana.

En esa década dos líneas férreas llegaron a Zárate e integraron al Partido al sistema productivo nacional: el “Ferrocarril Buenos Aires al Rosario” que se inauguró en 1885 y el “Ferrocarril Central de Buenos Aires” que llegó en 1888 pero que logró su paso más significativo en 1908 con la inauguración de servicio de ferry-boat, que posibilitó el enlace con la provincia de Entre Ríos, el resto de la Mesopotamia y países limítrofes.

El “Ferrocarril Buenos Aires al Rosario”

Por ley del 10 de septiembre de 1870, se autorizó al Poder Ejecutivo a conceder a Guillermo Matti y Cía. el permiso necesario para construir y explotar un ferrocarril que partiendo del puerto de Campana debía unirse con el F.C.O en la estación de Moreno. En los términos del contrato se establecía que el concesionario no podría oponerse a la posterior construcción de ramales hasta Zárate. El 19 de agosto de 1871 se promulgó una nueva ley que autorizó al Poder Ejecutivo a modificar parcialmente el contrato de referencia.

El Sr. Guillermo Matti, titular de la firma naviera que tenía embarcaciones afectadas al tráfico entre Buenos Aires y el litoral, era poseedor de una apreciable fortuna y dotado de una amplia capacidad de trabajo. Como autor del proyecto y concesionario del “Ferrocarril de Campana a Buenos Aires” tuvo una influencia preponderante en la fundación del vecino pueblo.

Hacia fines de 1873 se constituye en Londres la empresa denominada “Buenos Aires and Campana Railway Limited”, encargada de construir el ferrocarril y a la que el Sr. Matti transfirió sus derechos y acciones y las tierras necesarias. Las obras se iniciaron en 1874 siendo el alma de esta empresa el mismo Matti y también Domingo Faustino Sarmiento, interesado en la línea directa desde Buenos Aires a Rosario. En abril de 1876 fue inaugurado el servicio público entre la Capital y Campana, conociéndose entonces por “Ferrocarril a Campana”.

La llegada del ferrocarril hasta la cercana localidad produjo gran satisfacción en la comunidad zarateña y numerosos vecinos concurrieron para presenciar el acontecimiento. Muchos pensaron que la línea férrea llegaría a Zárate el año siguiente.

Sin embargo, las cosas no ocurrieron de este modo pese a que se habían realizado estudios, observaciones y seleccionado el lugar adecuado para levantar la estación, unas seis manzanas que públicamente ofreció el caracterizado vecino Constancio Silvano.

Las autoridades y vecinos caracterizados de Zárate realizaron en varias oportunidades gestiones para que la línea ferroviaria se extendiera hasta este pueblo, pero debieron transcurrir varios años para que ello se formalizara. En junio de 1881 se dirigieron al Ministro del Interior en los siguientes términos: …

“Los ciudadanos y extranjeros que suscriben, vecinos de este pueblo, costa del Río Paraná, tiene el honor de ocurrir a V.E. invocando el derecho de petición declarado y garantizado en la Carta Fundamental, para solicitar del Gobierno de V. E. la prolongación del Ferrocarril de Campana hasta Zárate. Hace siete años que se inauguró esta línea, y desde esa época nos encontramos completamente privados de este gran elemento de comunicación, haciéndose cada día más apremiante su continuación por las dificultades que se tocan para el comercio con el interior y el litoral del República”…

Esta demanda colectiva logró cristalizarse años después, luego de cumplimentarse las diversas instancias administrativas y la ejecución efectiva de las obras necesarias. El 21 de octubre de 1882 fue otorgada la concesión para prolongar la línea hasta Zárate y el 30 de diciembre de 1884 el Gobierno Nacional autorizó la inauguración del tramo de vía desde Campana. Por ese entonces, el servicio ya se denominaba “Ferrocarril Buenos Aires al Rosario”. En la concreción de este proyecto se interesó particularmente Sarmiento que, en esos años, se encontraba en Zárate.

La línea quedó librada al servicio público el 1° de enero de 1885. Ese día los vecinos de las zonas urbanas y rurales se concentraron en las inmediaciones del lugar donde finalizó el viaje que dejó inaugurado el servicio. Sobre este acontecimiento tan significativo para la vida de Zárate, un diario de Buenos Aires publicaba en su edición del día siguiente la presente crónica:

“Zárate, 2 de enero de 1885. Llegó, pues, el ferrocarril a Zárate, con poca ceremonia según parece efecto de las copiosas lluvias que impidieron a la Municipalidad hacer preparativos de fiestas, pues nos consta que el Gobernador de la Provincia ofreció fondos, para ayudar a que la inauguración se hiciese con esplendor…Hubieron fuegos, sin embargo, y dos globos que  lanzaron, anduvieron tan felices, no obstante y causa de la luna llena que vino a la boca de las damas, grandes conocedoras de la astronomía, el globo de Julio Verne que va derechito a la luna.”

Si bien en principio la línea férrea proyectada preveía su ingreso en  las proximidades de la calle Justa Lima de Atucha, en Villa Fox, y la estación se ubicaría en la calle Esmeralda seguramente en los terrenos que Silvano ofreció en 1872, finalmente el trazado fue modificado localizándose la estación en su emplazamiento de la Avenida Anta.

La llegada del ferrocarril solucionó en gran parte el problema del transporte, acelerando el progreso y desarrollo económico de la región en su lógica expansión de riqueza.

Un año después, el 1° de mayo de 1886, el “Ferrocarril Buenos Aires al Rosario” se prolongó hasta el pueblo de Baradero localizándose en el Partido de Zárate las estaciones “Las Palmas” y “Lima”, fortaleciendo la actividad del frigorífico “Las Palmas Produce Company Limited” y generando la formación del pueblo de Lima alrededor de la estación en tierras que el Dr. Faustino Alsina compró, el 14 de mayo de 1888, a Adam Altgelt.

El “Ferrocarril Central de Buenos Aires” (F.C.C.B.A.)

Tres años después del arribo del “Ferrocarril Buenos Aires al Rosario”, el 27 de julio de 1888, llegó a Zárate una nueva línea cuyo transporte era de tracción a sangre. Este servicio salía de la estación Chacarita (Buenos Aires), penetrando a este pueblo hasta el kilómetro 98,448 donde se emplazó la primitiva estación.

Descripciones de la época refieren que eran tranvías cubiertos, 8 ventanillas par banda, con plataforma delantera y trasera para el conductor y guarda, de 4 ejes y su troncha medía 1,435 metros.


Los tranvías eran arrastrados por una yunta de caballos; el cruce de los pasos a nivel y el ingreso y la salida de las estaciones se hacían con toques de corneta de asta de buey y según algunos investigadores un viaje completo demoraba seis horas, pero renovando los animales cada 3 leguas (5 Km) aproximadamente en las estaciones de postas.

Años después, comenzaron a utilizarse pequeñas locomotoras a vapor con dos ruedas motrices por banda que en lugar de silbatos hacían sonar una pequeña campana próxima a la chimenea.


En efecto, en 1891 el gobierno de la Provincia de Buenos Aires autorizó el empleo del tranvía a vapor. El nombre de TRANVÍA RURAL se cambió por TRANVÍA RURAL A VAPOR a través de un decreto de la Provincia del 26 de Agosto de 1897, a la vez que fue declarado ferrocarril nacional. Poco tiempo después, el 11 de octubre de 1906 pasó a denominarse  “FERROCARRIL CENTRAL DE BUENOS AIRES” (F.C.C.B.A.); sus estaciones eran: Buenos Aires (Chacarita / Lacroze), Lynch, San Martín, Pereyra, San Miguel, Piñero, Toro, Pilar, Empalme, Pavón, Capilla, Escalada, Zárate.

Fueron los hermanos Federico y Teófilo Lacroze los primeros en obtener una concesión de tranvías a caballo para la ciudad de Buenos Aires, empresa desde la cual impulsaron luego la construcción del Tranway Rural que llegaría en 1888 hasta Zárate.

Por ese entonces ya existían en el país trenes a vapor, pero en atención al fuerte incremento del precio del carbón -problema que se agudizó en 1885 debido a la suba de la libra esterlina- se optó por este tipo de servicio que venía a suplir, en cierto modo, los viajes en carruaje por caminos de tierra que eran muy penosos debido al mal estado de los mismos.

Los Lacroze visualizaron un futuro de éxito en este sistema estructurado en caminos con rieles, de bajo costo y con tracción caballar más que abundante en la época.

La empresa conformada ofrecía, entre otros, los siguientes servicios: transporte de pasajeros y de cargas principalmente para productos rurales, ya que las vías cruzaban las mismas chacras y estancias de la región. Además, como un refinamiento impensado, también contaron con coches dormitorio y otros fúnebres.

Un convenio suscripto entre el Ferrocarril Central de Buenos Aires  con los ferrocarriles de Entre Ríos, Noreste Argentino y Central del Paraguay estableció las combinaciones de las líneas para mantener un servicio regular de pasajeros y de cargas que sirviera a las provincias de Entre Ríos, Corrientes, territorio de Misiones y República del Paraguay, llegando hasta Asunción. Para la implementación de este ambicioso proyecto, de gran magnitud y trascendencia económica para el país y las poblaciones del litoral, era necesario formalizar el otorgamiento de concesiones, la realización de obras civiles -entre ellas, los edificios de las estaciones “Zárate Alto” y “Zárate Bajo”-, la construcción de ferry-boats y muelles, la extensión de vías e importantes modificaciones en el material rodante de los referidos ferrocarriles.


La puesta en marcha de este sistema multimodal (ferrocarril  / ferry-boat) de pasajeros y de cargas facilitó la vinculación de la provincia de Buenos Aires con la Mesopotamia Argentina y países limítrofes.


Un significativo relato de la inauguración realizado por Vicente Raúl Botta  en su “Historia de Zárate – 1648/1909) es el que a continuación se transcribe:


“El tren oficial inaugurando la línea corrió el 29 de mayo de 1908, conduciendo al señor presidente de la República Dr. José Figueroa Alcorta, y numerosa comitiva. La locomotora estaba empavesada con cintas y banderas en su frente,  y el que escribe estas líneas,  también viajó en aquel convoy, siendo niño recuerda que había gran emoción en todos los rostros. La llegada a Zárate se efectuó alrededor del mediodía, recibiéndose al tren entre los acordes de una banda de música y los aplausos de numeroso público congregado en la nueva estación.

Efectuada una recorrida a las obras, y terminado el almuerzo, la comitiva se trasladó hasta el muelle de atraque de los ferry-boat, a la espera del gobernador de la provincia de Entre Ríos y demás delegados que llegarían en el Lucía Carbó, que fue el primer ferry de 1.682 toneladas llegado al país. Allí, con discursos del presidente de la Nación, doctor José Figueroa Alcorta, doctor Norberto R. Fresco (del directorio del FF.CC. de Entre Ríos), y Faustino M. Parera, gobernador de Entre Ríos, quedó oficialmente inaugurado este nuevo servicio.

La comitiva realizó una pequeña excursión en el Lucía Carbó hasta las proximidades de Las Palmas, regresando nuevamente al punto de partida”.

Y finalmente realiza Botta el siguiente comentario: “Esta línea unía por primera vez en los anales de la historia a dos países hermanos, por medio de caminos de hierro, en 38 horas. El servicio de cargas y encomiendas, y de haciendas, se hacía desde el 15 de marzo de 1908.Este nuevo medio de transporte y comunicación significó para Zárate un poderoso progreso, pues quedaba unida a la Mesopotamia argentina y al Paraguay. Trenes completos de hacienda llegaban al pueblo procedentes de Entre Ríos para los frigoríficos establecidos en la zona, que hicieron evolucionar rápidamente su progreso y aumento de población.”


La suma de diversos factores hizo que el sistema ferroviario en nuestro país llegara al fin de la Segunda Guerra Mundial en condiciones de elevada obsolescencia caracterizada por la antigüedad de sus equipos y la falta de adecuación a la logística moderna. Por otra parte, las empresas británicas decidieron que era más conveniente vender los ferrocarriles en la Argentina, tal como estaban, antes que encarar el costoso proceso de renovación de un sistema cuya carga futura no exhibía signos de crecimiento.

En la dirección señalada,  luego de arduas negociaciones, el gobierno nacional firmó el 13 de febrero de 1947 el convenio de adquisición de los ferrocarriles de capital británico que operaban en el país, encontrándose alcanzado en la compra el Ferrocarril de Entre Ríos y el Ferrocarril del Nordeste Argentino; el 1º de marzo de 1948 el Estado tomó formal posesión de ambos.

Ese mismo año, un decreto del Poder Ejecutivo dispuso la restructuración integral del sistema ferroviario nacional y estableció que, a partir de ese momento, las nuevas líneas llevarían los nombres de próceres o personajes ilustres del país que tuvieran algo que ver con la región en cuestión: en el caso de los ferrocarriles mesopotámicos, todos ellos: F.C. Entre Ríos (británico), F.C. Nordeste Argentino (británico), F.C. del Este (nacional) y F.C. Provincial de Corrientes (provincial) fueron unificados y rebautizados como el “Ferrocarril Nacional General Urquiza”.

Recién el 14 de mayo de 1949 el Estado Nacional tomó posesión del “Ferrocarril Central de Buenos Aires”, perteneciente a una empresa privada argentina, y anexó su red al de las líneas mesopotámicas, con los cual el “Ferrocarril Urquiza” ganaba un acceso a la Capital Federal.

La siguiente descripción -artículo en versión digital denominado Ferrocarril General Urquiza (F.C.G.U.)- informa detalladamente sobre el modo operativo que se registraba entre las estaciones “Zárate Alto” y “Zárate Bajo” localizándose en esta última el atracadero del ferry-boat:

“Al momento de su nacionalización, el Ferrocarril Central de Buenos Aires poseía dos líneas principales y algunos ramales. Una de estas líneas era la que unía Federico Lacroze con la ciudad de Zárate. Esta ciudad del norte bonaerense ubicada a orillas del río Paraná representaba el punto de unión entre los ferrocarriles mesopotámicos y las líneas levantadas en Buenos Aires por los hermanos Lacroze. Sin embargo esta unión no era física, ya que tanto cargas como pasajeros debían trasbordar y cruzar el Paraná por medio de ferry-boat para alcanzar su destino final. Los trenes del Urquiza solo “pasaban” por Zárate, para luego seguir viaje a Entre Ríos, o viceversa. La venta de pasajes para realizar el trayecto Zárate-Lacroze estaba vedada, ya que la prioridad en esta ciudad la tenía el Ferrocarril Mitre, con mejores servicios y mayores frecuencias. Sin embargo, los interesados podían, desde Zárate, viajar en el ferry por tan solo algunas monedas, y luego, en Ibicuy, comprar boleto a cualquier localidad de la Mesopotamia.


En Zárate, la vía principal del FCGU tenía la particularidad de poseer una pronunciada rampa entre el atracadero de los barcos y la planicie superior o Zárate Alto como se le decía, barrancas del Paraná de por medio. Todos los trenes debían ser asistidos desde el muelle hasta pasada la estación. La operatoria normal consistía en armar el tren en el Bajo con la locomotora titular a la cabeza, luego de haberse realizado la maniobra de retirar el tren de la embarcación. A continuación, se colocaba una de las grandes pilotas a la cola del tren, sin engancharla, y a la voz de “¡aura!” las dos salían para arriba con todos los caballos disponibles.

Cuando la formación llegaba al Alto, un código de silbatazos anunciaba que la titular ahora era dueña del tren, y seguía su camino a solas, pues la auxiliadora aflojaba su andar y volvía a su galpón de Zárate Alto. Ese era el motivo por el cual no vendían boletos ni autorizaban a subir al tren en el atracadero: éste no paraba en la estación.


La rutina imponía que simultáneamente, al pasar frente a la estación con el tren bramando en la subida, otra vaporera saliera del galpón por la vía alta en la misma dirección del tren, hasta que se encontraba con su hermana donde se unían las vías. Entonces, ingresaba a la principal una vez que pasaban el tren y la auxiliadora revertía su dirección bajando al atracadero, lista para el siguiente tren. La auxiliadora, volvía allí a su base por la vía superior para aprovisionarse y esperar su próximo turno.


En el Zárate Bajo se encontraba el atracadero donde arribaba el ferry-boat. Hasta allí llegaban los trenes provenientes del Alto, que para operar sobre la zona de trasbordo, las locomotoras debían llevar acopladas chatas con lastre. En sentido inverso los ferry-boat provenientes de Entre Ríos llegaban al atracadero donde amarraban y descargaban los vagones que llevaran encima para que pudieran seguir viaje a la Capital. También existía una trampa para descarrilar trenes cuando el ferry no estaba amarrado.


Los frenos de aire, que para esa época ya tenían los trenes de carga, eran suficientes para controlar la bajada de los trenes hacia Zárate Bajo. El puente ferroviario por sobre el camino costero que permitía el ingreso de trenes con ganado al ex frigorífico Smithfield y los arribos y partidas de ferrobarcos, maniobra que sorprendía por la rapidez y cantidad, describían un escenario atípico que ofrecía el Ferrocarril Urquiza en esta localidad”.




En 1993 la empresa fue privatizada pasando a denominarse “Ferrocarril Mesopotámico General Urquiza” y desde 1999 pasó a ser operada por “América Latina Logística” hasta que fue rescindida la concesión en junio de 2013.

Comentarios finales

Esta breve reseña tiene como objetivo mostrar la inserción de Zárate y la región en la gran red de ferrocarriles que llevó el progreso hasta los más  recónditos lugares.


El cumplimiento estricto de los horarios, su velocidad y seguridad hicieron que este medio fuera el más valorado para el traslado de productos, materias primas,  producciones, trabajadores y estudiantes durante muchas décadas.


Pero, en realidad, el ferrocarril fue mucho más que la forma preferida de viajar durante más de medio siglo. El significado profundo de la historia del riel en la Argentina se ubica en un plano mucho más vasto: el ferrocarril cambió la vida del país, influyó en su desarrollo económico, urbano y hasta cultural, marcó las diferencias entre zonas integradas o no integradas a los grandes mercados urbanos y hasta sirvió para que surgieran pueblos en lugares desiertos a partir del núcleo original que era la estación.


El auge del ferrocarril en la Argentina fue casi una marca identificatoria del progreso y la prosperidad del país. Nada hubiera sido igual sin el tren en la Argentina.



Fuentes consultadas

Historia de los Ferrocarriles Argentinos. Scalabrini Ortiz, Raúl; Editorial Plus Ultra.

El Diario íntimo de un país. Diario “La Nación”.

Historia de Zárate, 1689- 1909. Vicente Raúl Botta. La Plata, 1948

El Mensajero del Pasado. Museo Histórico de Zárate. Año I. Número 5

www.wikipedia.org

Asociación Amigos del Museo de Zárate  Quinta Jovita  –  Ituzaingó 278 – Tel. (03487) 422038

amigosmuseozarate@yahoo.com.ar / lajovita@argentina.com.ar

Fuente: EnlaceCrítico.com

30 de marzo de 2015

Pedido de informes al PEN sobre los alcances de la concesión de los Ferrys - Ferrobarcos "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña", comprendidos como bienes históricos a la Provincia de Misiones

Actualidad

Se encuentra en la Comisión de Transporte de la Honorable Cámara de Diputados un proyecto de Resolución solicitando un pedido de informes al Poder Ejecutivo Nacional sobre los alcances de la concesión de los Ferrys - Ferrobarcos "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña", comprendidos como bienes históricos a la Provincia de Misiones

Dicho trámite recayó en el Expte. 1019-D-2015 del 18 de Marzo del corriente año, siendo el firmante de dicho proyecto de Resolución el Diputado Nacional Luis Mario Pastori (UCR - Misiones).


Fundamentos

Conjuntamente con este pedido de informes, hemos presentado en esta Honorable Cámara un pedido al Poder Ejecutivo Nacional para que el Poder Ejecutivo Nacional, través del organismo que corresponda, arbitre las medidas necesarias a fin de que se garantice la restauración y puesta en valor como bienes históricos de los ferrys (ferrobarcos) Ezequiel Ramos Mejía y Roque Sáenz Peña, que se encuentran a la deriva en el Río Paraná, en proximidades del nuevo Puerto de Nemesio Parma, provincia de Misiones.

Más allá de esta solicitud al Gobierno Nacional, debemos determinar ciertas cuestiones que debemos saber a la hora de analizar la situación actual de los bienes ferroviarios mencionados. Saber los alcances de la concesión de estos bienes, nos permitirá precisar el nivel de desidia y falta de interés que tuvo el Gobierno de la provincia de Misiones a la hora de generar las condiciones necesarias para que estos bienes no sean olvidados por todos.

Dada la ausencia de puentes a principios del siglo XX en el Litoral Argentino, el principal medio de transporte era el ferrocarril, pero para cruzar los grandes ríos se debían utilizar embarcaciones que transportaran los trenes.

En 1913 llegaron a la Argentina nueve ferrobarcos. Siete quedaron en funciones en Entre Ríos y dejaron de funcionar en 1978 con la construcción del puente Zárate Brazo Largo. Todos fueron desmantelados y no queda ni uno de ellos, ni siquiera como reliquia histórica. Las otras dos embarcaciones se encuentran abandonadas en las orillas del Río Paraná, son bienes que pertenecen al Estado Nacional.

Por esta razón la Administración de Infraestructura Ferroviaria del Estado (Adifse) cedió en comodato a la provincia de Misiones para su recuperación y puesta en valor con fines culturales y turísticos. La función de estos ferries fue cruzar trenes de pasajeros y de carga de Posadas a Encarnación. También en la guerra del Chaco en Paraguay sirvieron para socorrer a los heridos. A su vez, en 1983 asistieron durante la inundación en Formosa.

Los ferries Mixto Exequiel Ramón Mejía y Motor Roque Sáenz Peña se construyeron en 1911 en Escocia y se trasladaron hacia el Paraná para ser el nexo entre los ferrocarriles argentinos y paraguayos. Los ferrobarcos unían una distancia de aproximadamente 2500 metros, desde el embarcadero de la Laguna San José con el muelle de Pacú Cuá y realizaban ocho recorridos diarios entre Posadas y Encarnación. El primer viaje fue en octubre de 1913 y el último en abril de 1990. Dejaron de navegar debido a la construcción del Puente San Roque González de Santa Cruz, condenando al olvido a estas naves.

En el 2001 el Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (Enabief) otorgó a la Municipalidad un permiso de uso precario y gratuito, en carácter transitorio, de los ferry boat. Luego, la Administración de Infraestructura Ferroviaria, a partir de la ley 24146, renovó este acuerdo.

En octubre de 2011 los ferries cumplieron 100 años y por entonces ambas embarcaciones estaban bajo la órbita de la Administración de Infraestructura Ferroviaria, que a su vez depende del Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), el cual tiene la responsabilidad y cuidado de todos los bienes ferroviarios distribuidos por Argentina.

Tres años antes se había aprobado la Ley Nacional 26.352 -de reordenamiento del sistema ferroviario-, que impulsa la puesta en valor de los ferries como patrimonio cultural. A fines de ese año la Entidad Binacional Yacyretá anunciaba finalmente el poder rescatar al ferry con infraestructura de amarre y pasarelas para peatones y pescadores en el río Paraná, frente al cuarto tramo de la avenida Costanera.

Solicitar al P.E.N. disponga las medidas necesarias para garantizar la restauración y puesta en valor como bienes históricos de los Ferrys-Ferrobarcos: "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña"

Actualidad

Se encuentra en la Comisión de Transporte de la Honorable Cámara de Diputados un proyecto de Declaración solicitando al Poder Ejecutivo Nacional disponga las medidas necesarias para garantizar la restauración y puesta en valor como bienes históricos de los Ferrys-Ferrobarcos: "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña"

Dicho trámite recayó en el Expte. 1017-D-2015 del 18 de Marzo del corriente año, siendo el firmante de dicho proyecto de Declaración el Diputado Nacional Luis Mario Pastori (UCR - Misiones).


Fundamentos

En 1913 llegaron a la Argentina nueve ferrobarcos. Siete quedaron en funciones en Entre Ríos y dejaron de funcionar en 1978 con la construcción del puente Zárate Brazo Largo. Todos fueron desmantelados y no queda ni uno de ellos, ni siquiera como reliquia histórica. Las otras dos embarcaciones se encuentran abandonadas en las orillas del Río Paraná, son bienes que pertenecen al Estado Nacional. Por esta razón la Administración de Infraestructura Ferroviaria del Estado (Adifse) cedió en comodato a la provincia de Misiones para su recuperación y puesta en valor con fines culturales y turísticos.

La función de los ferries fue cruzar trenes de pasajeros y de carga de Posadas a Encarnación. También en la guerra del Chaco en Paraguay sirvieron para socorrer a los heridos. A su vez, en 1983 asistieron durante la inundación en Formosa.

Los ferries Mixto Exequiel Ramón Mejía y Motor Roque Sáenz Peña se construyeron en 1911 en Escocia y se trasladaron hacia el Paraná para ser el nexo entre los ferrocarriles argentinos y paraguayos. Los ferrobarcos unían una distancia de aproximadamente 2500 metros, desde el embarcadero de la Laguna San José con el muelle de Pacú Cuá y realizaban ocho recorridos diarios entre Posadas y Encarnación. El primer viaje fue en octubre de 1913 y el último en abril de 1990. Dejaron de navegar debido a la construcción del Puente San Roque González de Santa Cruz, condenando al olvido a estas naves.

En el 2001 el Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (Enabief) otorgó a la Municipalidad un permiso de uso precario y gratuito, en carácter transitorio, de los ferry boat. Luego, la Administración de Infraestructura Ferroviaria, a partir de la ley 24146, renovó este acuerdo.

En octubre de 2011 los ferries cumplieron 100 años y por entonces ambas embarcaciones estaban bajo la órbita de la Administración de Infraestructura Ferroviaria, que a su vez depende del Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), el cual tiene la responsabilidad y cuidado de todos los bienes ferroviarios distribuidos por Argentina.

Tres años antes se había aprobado la Ley Nacional 26.352 -de reordenamiento del sistema ferroviario-, que impulsa la puesta en valor de los ferries como patrimonio cultural. A fines de ese año la Entidad Binacional Yacyretá anunciaba finalmente el poder rescatar al ferry con infraestructura de amarre y pasarelas para peatones y pescadores en el río Paraná, frente al cuarto tramo de la avenida Costanera.

Por desidia o falta de interés del gobierno provincial como así también del gobierno municipal, hoy estos monumentos históricos están próximos a hundirse en las aguas del Río Paraná.

19 de septiembre de 2014

Posadas: Proyecto de Resolución para resguardar la integridad de los Ferrobarcos "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña"

Actualidad

Redacción Crónica Ferroviaria


La lectora de nuestro medio Crónica Ferroviaria, señora Analía Lorena Colazo Bidegain, nos envía Proyecto de Resolución presentado por el Concejal Martín Alfredo Arjol para requerir al Dpto. Ejecutivo Municipal a través de la secretaría que corresponda, gestione y/o realice las tareas correspondientes a fín de resguardar la integridad de los Ferrobarcos "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña" declarados de utilidad pública e incorporado al Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Posadas (Provincia de Misiones) mediante Ordenanza III - Nro. 9.


16 de septiembre de 2014

Pedido de informes al Poder Ejecutivo Nacional sobre diversas cuestiones referidas a la concesión de los Ferrys (Ferrobarcos) "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña" a la Provincia de Misiones, comprendidos como bienes históricos

Actualidad

Se encuentra en la Comisión de Transporte de la Honorable Cámara de Diputados un proyecto de Resolución solicitando un pedido de informes al Poder Ejecutivo Nacional sobre diversas cuestiones referidas a la concesión de los Ferrys (Ferrobarcos) "Ezequiel Ramos Mejía" y "Roque Sáenz Peña" a la Provincia de Misiones, comprendidos como bienes históricos

Dicho trámite recayó en el Expte. 7044-D-2014 del 09 de Septiembre del corriente año, siendo el firmante de dicho proyecto de Resolución el Diputado Nacional Luis Mario Pastori (UCR - Misiones).


Fundamentos

Conjuntamente con este pedido de informes, hemos presentado en esta Honorable Cámara un pedido al Poder Ejecutivo Nacional para que el Poder Ejecutivo Nacional, través del organismo que corresponda, arbitre las medidas necesarias a fin de que se garantice la restauración y puesta en valor como bienes históricos de los ferrys (ferrobarcos) Ezequiel Ramos Mejía y Roque Sáenz Peña, que se encuentran a la deriva en el Río Paraná, en proximidades del nuevo Puerto de Nemesio Parma, provincia de Misiones.

Más allá de esta solicitud al Gobierno Nacional, debemos determinar ciertas cuestiones que debemos saber a la hora de analizar la situación actual de los bienes ferroviarios mencionados. Saber los alcances de la concesión de estos bienes, nos permitirá precisar el nivel de desidia y falta de interés que tuvo el Gobierno de la provincia de Misiones a la hora de generar las condiciones necesarias para que estos bienes no sean olvidados por todos.

Dada la ausencia de puentes a principios del siglo XX en el Litoral Argentino, el principal medio de transporte era el ferrocarril, pero para cruzar los grandes ríos se debían utilizar embarcaciones que transportaran los trenes.

En 1913 llegaron a la Argentina nueve ferrobarcos. Siete quedaron en funciones en Entre Ríos y dejaron de funcionar en 1978 con la construcción del puente Zárate Brazo Largo. Todos fueron desmantelados y no queda ni uno de ellos, ni siquiera como reliquia histórica. Las otras dos embarcaciones se encuentran abandonadas en las orillas del Río Paraná, son bienes que pertenecen al Estado Nacional. Por esta razón la Administración de Infraestructura Ferroviaria del Estado (Adifse) cedió en comodato a la provincia de Misiones para su recuperación y puesta en valor con fines culturales y turísticos. La función de estos ferrys fue cruzar trenes de pasajeros y de carga de Posadas a Encarnación. También en la guerra del Chaco en Paraguay sirvieron para socorrer a los heridos. A su vez, en 1983 asistieron durante la inundación en Formosa.

Los ferries Mixto Exequiel Ramón Mejía y Motor Roque Sáenz Peña se construyeron en 1911 en Escocia y se trasladaron hacia el Paraná para ser el nexo entre los ferrocarriles argentinos y paraguayos. Los ferrobarcos unían una distancia de aproximadamente 2500 metros, desde el embarcadero de la Laguna San José con el muelle de Pacú Cuá y realizaban ocho recorridos diarios entre Posadas y Encarnación. El primer viaje fue en octubre de 1913 y el último en abril de 1990. Dejaron de navegar debido a la construcción del Puente San Roque González de Santa Cruz, condenando al olvido a estas naves.

En el 2001 el Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (Enabief) otorgó a la Municipalidad un permiso de uso precario y gratuito, en carácter transitorio, de los ferry boat. Luego, la Administración de Infraestructura Ferroviaria, a partir de la ley 24146, renovó este acuerdo.


En octubre de 2011 los ferrys cumplieron 100 años y por entonces ambas embarcaciones estaban bajo la órbita de la Administración de Infraestructura Ferroviaria, que a su vez depende del Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), el cual tiene la responsabilidad y cuidado de todos los bienes ferroviarios distribuidos por Argentina. Tres años antes se había aprobado la Ley Nacional 26.352 -de reordenamiento del sistema ferroviario-, que impulsa la puesta en valor de los ferries como patrimonio cultural. A fines de ese año la Entidad Binacional Yacyretá anunciaba finalmente el poder rescatar al ferry con infraestructura de amarre y pasarelas para peatones y pescadores en el río Paraná, frente al cuarto tramo de la avenida Costanera.

21 de marzo de 2011

LOS FERRYS DE POSADAS

Cartas de Lectores

Señor Director:

Le escribo desde la ciudad de Posadas (Provincia de Misiones), con una preocupación sobre el destino final de los Ferrobarcos. Tengo entendido que sólo quedan en pié 4 paleteros.

El pasado 13 de Marzo estaban achicando el ferry "Exequiel Ramos Mejía". ¿Es posible que lo manden a desguace?'





En las fotografías que les envío y que fueron sacadas recientemente, se aprecia el nivel de flotación, en primer plano el "Exequiel Ramos Mejía" y en el segundo el "Presidente Roque Sáenz Peña".

Operarios de la Municipalidad de Posadas estaban tratando de hacer arrancar un segundo motor bombeador. Estos ferrys, ¿podrían ser parte de algún Museo Naval?. Saluda cordialmente.
Lic. Víctor José Torres
Colproftur - Misiones

17 de marzo de 2011

MISIONES: LOS HISTÓRICOS FERRYS SERÁN UN NUEVO ATRACTIVO EN LA COSTANERA


La decisión de rescatar los ferrys para darle un uso turístico integral ya está tomada, sólo faltan algunos pasos administrativos para la transferencia a la Provincia por parte de Ferrocarriles Argentinos de las embarcaciones y la restauración de los mismos en tal sentido. La propuesta es que Misiones se haga cargo de los dos, cuestión que es analizada en estos días aunque la respuesta al pedido sería favorable, según adelantó el subscretario de Gestión Estratégica, Sergio Dobrusin. Una especie de paseo gastronómico, con vagones sobre los rieles. En la parte superior del muelle, un restaurante y en la de abajo, un museo con la historia de la navegación río Paraná.


El municipio de Posadas, en su momento hizo un esfuerzo para recibirlo pero no se pudo avanzar en la utilización de los mismos habida cuenta de la inversión que se necesita para la finalidad buscada. "Cuando hablamos de los ferrys estamos hablando de resctarla como espacio físico no como para que naveguen -explicó-, que naveguen significa en una inversión en tecnología de alrededor de un millón de dólares por cada uno de los dos, para que funcionen. Y no es un barco ágil porque son dos paletas que giran en sentido contrario", dijo en declaraciones a . Observó que es un barco que justamente fue pensado y diseñado para cruzar el río simplemente de un lado a otro, no para que naveguen.

Dobrusin sostuvo entonces que están en conversaciones hablando con los funcionarios de la Entidad Binacional Yacyretá es la ubicación de los ferrys, frente a la ex estación de tren, donde está el muelle previsto. "Y en forma global, la idea es que la superficie de la parte de arriba de los ferrys, ubicar como era históricamente vagones de tren y en esos vagones que funcionen restaurantes, que se integren a todo lo que es el planteo turístico de lo que es la estación. En la parte de adentro, que es muy grande, hacer un museo con la historia de la navegación del río Paraná, las jangadas, el hidroavión, todo lo que tenga que ver con la historia de Posadas", subrayó.

El proyecto original de rescate incluye los dos ferrys, Ferrocarriles Argentinos los quiere transferir a la Provincia, "estamos analizándolo, no hay una decisión tomada, uno seguro", dijo el funcionario. (Fuente: Noticiasdel6.com)