30 de septiembre de 2013

RESPECTO DE LOS FERROCARRILES METROPOLITANOS DE BUENOS AIRES

CARTAS DE LECTORES

Señor Director de Crónica Ferroviaria:

En cuanto a este medio de transporte, uno de los más efectivos, menos contaminantes, con mayor capacidad de transporte y más seguros, entre otras virtudes, su carácter de servicio público es mancillado diariamente por el mal servicio que brindan.

Desde la Secretaría de Transporte de la Nación del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación,  parece  querer disfrazarse su inoperancia e incapacidad para ir a la raíz de los problemas, agrediendo de forma pública, social y laboralmente a sus trabajadores. Ésta ha sido hasta ahora la única respuesta real que han tenido a la crisis del sistema de transporte ferroviario.

De acuerdo con la Resolución 328/2012 del 04 de septiembre de 2012, los “recursos humanos” somos un factor estratégico en el correcto funcionamiento del sistema de trenes. Más allá que se nos considere un “recurso” más de la empresa (como puede serlo una máquina o una herramienta), lo cual nos quita toda condición como sujeto con todo lo que ello implica; no se ve que ese recurso esté siendo cuidado o al menos respetado.

Foto: Pablo Salgado

Los programas de mejoras e inversión, también citados en dicha resolución, no se ven aún. Tampoco se observa el monitoreo del material rodante del que también se habla. De hecho, desde nuestro lugar como trabajadores hemos realizado numerosos reclamos y reportes respecto del tema, sin observar ningún cambio, ni obtener respuestas; ni de la empresa, ni del Ministerio del Interior y Transporte de la Nación.

Tampoco en lo que respecta a la observación de las normas del Reglamento Interno Técnico Operativo (RITO) -que la citada resolución menciona- se ha notado que sea tenido en cuenta.

Los Centros de Recepción Previa que menciona, deben ser “interdisciplinarios” y jamás lo han sido hasta hoy. Las pruebas eran llevadas a cabo solamente por un enfermero hasta el 26 de septiembre de 2013, en que se incorporó a un médico. Además de los controles psicofísicos periódicos que nos efectúan, los cuales deberían detectar cualquier anomalía, están las pruebas y controles que nos hacen a diario y se van incrementando periódicamente.

Por su parte, la Resolución 759/2013 del mismo ministerio, se propone “…implementar nuevas medidas y acciones de control…” siempre y solamente sobre los trabajadores. Sigue hablando de un “ambicioso plan de inversión en infraestructura y tecnología ferroviaria…” que parece estar sólo en las intenciones y los sueños de aquellos que las mencionan, ya que este ambicioso proyecto de inversión en infraestructura, tecnología, etc. se materializa en compras directas de material chino y en acuerdos secretos que condicionan económica y tecnológicamente a nuestro país. De esta manera, se nos aleja cada vez más de una reactivación de la industria nacional y un plan integral de reconstrucción ferroviaria.

La última resolución emitida hasta el momento por ese ministerio, la Resolución 404/2013 establece, además de los controles psicofísicos sobre el personal de conducción, una tarea más para los empleados de Control de Trenes, que consiste en un interrogatorio a los conductores que están trabajando, acerca de su desempeño en cada momento.

Algunas veces nos preguntamos si solamente a nosotros nos parecen ridículas estas medidas, y si alguien realmente puede creer que estas “nuevas reglas” pueden brindar respuestas eficaces sobre el problema de los ferrocarriles. También en esta resolución vuelve a mencionarse el RITO, cuando son los entes del Estado los principales violadores de dicha norma.

Sin embargo, el Artículo 1 del RITO habla de la idoneidad del personal. Deducimos que si nuestra “idoneidad” es cuestionada constantemente; es una medida sumamente irresponsable por parte de aquel que no nos considere “idóneos” para nuestro trabajo, permitirnos seguir conduciendo a miles de personas diariamente. Por su parte, respecto de la desconfianza hacia los trabajadores, el Artículo 63 de la Ley 20744 de Contrato de Trabajo, habla de ello "Principio de buena fe".

Por otra parte, el Artículo 12 de la citada norma, establece en el apartado a que “Es obligación de todo empleado conocer las disposiciones de este reglamento…” siendo estas las que establecen cómo se debe trabajar para evitar accidentes y/o desperfectos, dejando casi nula la posibilidad de error. Pero aquí surgen dos inconvenientes:

1° No se le da un ejemplar del RITO a cada empleado que ingresa al ferrocarril, como tampoco del Convenio Colectivo y/o normas o resoluciones vigentes.

2° Si se aplicara el RITO no podrían circular más los trenes, porque no están dadas las condiciones que este reglamento considera necesarias para el funcionamiento seguro de los mismos. Para citar sólo un caso, las locomotoras no tienen el certificado de habilitación de la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) que asegura su control periódico.

Ante estas y otras falencias, ya sea por parte de la empresa y/o el Ministerio del Interior y Transporte de la Nación; desde esa institución del Estado se arremete contra los trabajadores que a diario conducimos trenes. Esto se hace desde los medios de comunicación, desde las publicaciones del citado Ministerio o desde las exposiciones públicas del ministro en cuestión.

La verdad vista desde otro prisma, que seguramente no es tan mediático, que es el punto de vista de algunos trabajadores, es que nuestra capacidad e idoneidad nos lleva a trabajar diariamente sin el material ni las condiciones adecuadas, y sin embargo lo hacemos. No solamente conducimos a miles de personas, sino que trabajamos bajo presión y el control constante de aquellos que deberían darnos los medios para trabajar correctamente.

Todo esto que citamos lo informamos cotidianamente a través de los libros de abordo de las locomotoras que conducimos, como así también, por medio de los informes diarios al finalizar cada jornada.

Los numerosos controles que se ejercen sobre el personal solamente (no así sobre el material rodante), muestran que estamos en condiciones de seguir trabajando, aún bajo las circunstancias anteriormente descriptas.

Pero aún después de todas estas resoluciones no se ha alcanzado una verdadera solución al problema.

Citamos como ejemplo, el último choque en Retiro de una locomotora contra una formación, afortunadamente sin víctimas graves. Pero las victimas en sí fueron tanto los pasajeros que sufrieron golpes y el susto, como también el conductor y el ayudante que estaban a bordo de la locomotora. Un desperfecto en la válvula de freno de la locomotora impidió que la correcta operación del conductor no fuera suficiente para evitar el hecho.

Podríamos denominarlo accidente, si no fuera que el Ministerio del Interior y Transporte de la Nación expresó en varias resoluciones el supuesto control que se llevaría a cabo en el material. Probablemente si estos controles se llevasen a cabo, acontecimientos como estos no sucederían. Ante todo esto, el conductor y el ayudante VÍCTIMAS del hecho violento, fueron detenidos casi por 24hs. como si se tratara de delincuentes.

Esta situación general de los ferrocarriles, de las relaciones laborales dentro de él, como también de las relaciones sociales y políticas en torno a él; se asemejan más a una disputa interna partidaria, que a políticas de Estado o a medidas gremiales en pos de los derechos de sus trabajadores.

Lo cierto parece ser que esa sociedad entre el Estado y las direcciones sindicales (que nos llevó durante una década a observar silenciosamente gracias a la “Paz Social” que se nos había impuesto, una serie de medidas arbitrarias) llegó a su fin.

Los negociados en torno a la compra de material obsoleto al exterior, de las tercerizaciones, de los desvíos de recursos, etc. de los que las dos partes antes citadas fueron partícipes, nos deja a los trabajadores en medio de una batalla de la cual somos los únicos implicados y en riesgo. Como el reclamo por la muerte de un conductor de la empresa Belgrano Cargas y Logística S.A., como consecuencia de un golpe propinado por una rama, por la falta de desmalezado y el abandono del sector de vías.

Cabe recordar, que las direcciones de los sindicatos La Fraternidad y la Unión Ferroviaria han sido parte de la dirección de dicha empresa. El mismo ministerio que hoy propone reformas es el que nos trajo al punto en que estamos y bastante poco se está haciendo para mejorarlo. Y las direcciones sindicales cómplices desde los 90 y sus nuevos herederos, son los que están diciendo defender los ferrocarriles.

Esto demuestra que controlar solamente al personal no es suficiente para evitar lo que ellos llaman accidentes. Lamentablemente, si no se modifican otros factores, seguirán ocurriendo.

Todo lo expuesto puede enmarcarse en el artículo 20 del Reglamento Interno Técnico Operativo, vigente en las empresas de los Ferrocarriles Argentinos respecto de las “Sugerencias para el mejoramiento del servicio”. Saludan atte.

Alvite, Alejandro                                              
Solorzano Eyzaguirre, Guillermo

Conductores de la Línea San Martín                   reberendoalegria@hotmail.com

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