6 de marzo de 2012

JAPÓN: SHINKANSEN, UN TREN BALA A PRUEBA DE CATÁSTROFES

EXTERIOR


Los siete pisos de la estación de esta capital parecen un panal de abejas laboriosas, en el cual caminan miles de personas a toda prisa para abordar o salir de sus trenes y llegar a su destino en tiempos récords, que aquí son la normalidad.


Orgullo de Japón desde mediados de los años 60, los trenes balas han aumentado desde entonces sus rutas, servicio y su velocidad. Comenzaron corriendo a 200 kilómetros por hora, pero hoy en día corren en promedio a 300 kilómetros por hora.




Shinkansen es su nombre en japonés y significa precisamente tren bala. Un mapa de sus rutas muestra que son el transporte de grandes distancias nacionales predilecto de Japón. Según estadísticas de la compañía JR East, la línea Tokio-Aomori hace el recorrido de 675 kilómetros en 3 horas 10 minutos y un avión en dos horas 58 minutos, pero el boleto de tren cuesta 16,870 yenes (209 dólares) contra los 30,100 (383 dólares) del pasaje aéreo.


El terremoto de 9 grados en la escala de richter y el tsunami con olas de varios metros del 11 de marzo pasado impactaron el funcionamiento de los trenes bala y otros convencionales. Hubo severos daños en su infraestructura: colapsaron 810 postes de energía eléctrica del tren bala de la línea Tohoku Shinkansen y mil 240 de las líneas convencionales; hubo daños en 270 plataformas, en 23 estaciones, 101 puentes y mil 730 sitios de rieles. Sin embargo, las normas de seguridad adoptadas evitaron una tragedia mayor.


La administración ferroviaria de la compañía JR East dice que desde un terremoto de 2004, se adoptaron medidas que permitieron bajar de tres a dos segundos el tiempo en que tras una alerta de sismo un tren deja de recibir energía eléctrica, con lo cual se evita su descarrilamiento. El 11 de marzo pasado, los 27 trenes del sistema Shinkansen se detuvieron sin que ninguno perdiera la vía y sin fatalidades o heridos.


Entre otras disposiciones de seguridad también se reforzaron los pilares de las estaciones y los que sostienen las vías del tren con planchas de acero desde el terremoto de 1995. Luego del tsunami de marzo pasado, la restauración del servicio de los trenes bala tomó sólo 49 días.El Universal

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