8 de septiembre de 2011

YA SE COSECHAN LOS FRUTOS

Las visitas del hospital móvil comienzan a dar resultados: se detectan menos enfermedades.

Desde hace 31 años la solidaridad llega a Atahona y a Monteagudo (departamento Simoca) a bordo de un tren, que los habitantes de esos pueblos del sudeste tucumano esperan con justificadas expectativas. Es la oportunidad para que los chicos reciban, gratis, atención médica y odontológica y educación sanitaria.


La gente lo recibe en un clima alegre, con banderines y aplausos. El Tren Hospital para Chicos Alma, de la fundación del mismo nombre, estuvo en Atahona y ahora se encuentra en Monteagudo, en su viaje número 180 por el norte argentino.

"Para nosotros es un gran acontecimiento, porque a nuestros hijos los atienden y además les dan los medicamentos que necesitan. Aquí en el pueblo hay un pediatra, pero no nos sirve mucho porque a veces no podemos comprar los remedios", comentó Sandra Lazarte, madre de dos niños.

El Tren Alma fue creado en 1980 por el pediatra Martín Urtasun, reconocido por esta iniciativa con el premio al mérito por la Sociedad Argentina de Pediatría.

Cuentan que el médico en 1980 se dedicó a recorrer el país y descubrió el drama que padecían muchas comunidades del norte argentino alejadas de centros asistenciales.

Lo conmovió, principalmente, el sufrimiento de los chicos castigados por males crónicos y sin atención, como la desnutrición, micosis o caries. El tren, precisamente, nació con el fin de recorrer las localidades que no cuentan con servicios pediátricos permanentes. Desde aquel año hasta ahora atendió en el NOA a 85.000 niños. Los profesionales que se incorporan a esta unidad móvil son voluntarios de distintos puntos del país que trabajan desinteresadamente, por solidaridad.

Menos destinos

"La buena noticia de estos últimos años es que el tren cada vez tiene menos destinos para visitar. Es por el hecho de que comunidades como Tapso (Santiago del Estero), a la que fuimos por última vez el año pasado, ahora ya tiene un hospital. El tren, que es de trocha angosta, ya no es necesario", afirmó la farmacéutica Liliana Lane, coordinadora del Alma.

"Aquí tuvimos hasta médicos de Tierra del Fuego. En cada convocatoria de profesionales siempre hay interesados. Pero la cuestión es lograr que el postulante esté disponible para los días de viaje. A veces algunos tienen que trabajar u otros compromisos. En mi caso yo estoy consumiendo mis vacaciones", explicó Lane.

El tren dispone de tres vagones: en uno funciona el hospital, en otro el alojamiento del personal y en el restante, la cocina comedor. Entre los profesionales voluntarios hay tres odontólogos, dos médicos pediatras, dos generalistas, una enfermera, un técnico radiólogo, un bioquímico, una asistente social y una coordinadora.

Mejor salud

"La atención de la salud se complementa con charlas en escuelas o centros vecinales. Lo bueno es que advertimos que la situación sanitaria de este pueblo evolucionó y ahora no se ven, por ejemplo, tantas caries. Además no se han advertido patologías llamativas o ajenas a otros puntos del país", observó la coordinadora.

Emilia Tejerina, odontóloga de La Plata, también advirtió que gracias a las visitas anuales que realiza el tren el trabajo se va haciendo menos pesado. "A los chicos se los ve mejor", remarcó. Precisó que no sólo se limitan a atender la salud bucal en el consultorio, sino que además les brindan charlas educativas y les entregan cepillos de dientes y pasta dental. "Es gratificante atender a criaturas que necesitan de nuestros servicios. El reconocimiento es enorme: ellos te agradecen con mucho cariño", destacó Emilia.

Alicia Coronel es la coordinadora de enfermería y una de las más antiguas del tren, con 11 años de voluntaria. "Para mí es un compromiso moral con los chicos más necesitados. Aunque hay distintos renunciamientos para salir a servir, lo bueno es que uno disfruta haciendo esto. Además la gente te brinda mucho amor. Es muy buena", apuntó la enfermera.

El tren Alma tardó esta vez cinco días en llegar desde la estación Saldía, de Buenos Aires. "Aunque pensábamos demorarnos tres jornadas, nada resultó negativo en este viaje. Es que a la larga travesía la aprovechamos para conocernos, compartir, aprender, discutir la tarea a desplegar", detalló Lane. El Tren Hospital Alma se mueve gracias al aporte de muchos particulares y empresas que realizan donaciones a la fundación. Los años causaron algunos deterioros al móvil y, en consecuencia, se necesita más ayuda. (Fuente: La Gaceta)

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