11 de octubre de 2010

MENDOZA: EL TREN SANITARIO ATENDIÓ A MÁS DE 1.600 VECINOS DE LAS HERAS

Las personas se acercaron al efector sanitario móvil para recibir asistencia oftalmológica y obtener anteojos gratuitos. El alivio para problemas bucales fue otra gran demanda.

Durante la semana que estuvo instalado en la Estación Espejo de El Resguardo, en Las Heras, al Tren Sanitario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se subieron unos 1.600 vecinos del departamento buscando alivio a los dolores y para controlar su salud. La formación partió el sábado al distrito de Palmira, en San Martín, y al operativo se sumará un mamógrafo (ver aparte). Desde la Comuna, el compromiso ahora es trabajar sobre los datos relevados por los profesionales de la Nación y atender las necesidades básicas de la gente. Para eso, los referentes de la salud quieren iniciar gestiones para la compra de un consultorio oftalmológico rodante que recorra zonas vulnerables de toda la provincia. Treinta minutos faltan para el mediodía y, entre señas, Gabriela (19) le explica a un equipo de El Sol que llegó a la Estación Espejo, donde se ubicó el Tren Sanitario de la Nación a las 5.30, para “hacerse ver la boca”, y el odontólogo decidió sacarle una muela.



A su lado se encuentra Alexis (18), Micaela(16) –que sostiene en brazos a su hijita de tres meses– y Mailén (12), los cuatro jóvenes son amigos y vecinos del barrio 26 de Enero y, tras conocer la noticia de que el tren estaba cerca, no tardaron en llegar al lugar para recibir atención médica. “Vengo a hacerme un chequeo general, porque en el centro de salud del barrio no hacen laboratorio, sólo les hacen análisis a las embarazadas y a los chicos menores de cinco años”, explicó Alexis, quien esperaba los resultados de su consulta. “Además, en menos de tres horas ya me hicieron todo: análisis, radiografía y control. Ahora estoy esperando al oculista, y si me recetan anteojos, mañana me los tienen listos, esto en el centro de salud hubiera tardado más de seis meses”, enfatizó el joven.

Por su parte, la pequeña Mailén y Micaela asienten con la cabeza cada aseveración de Alexis. “Además, ahora vas a cualquier hospital o centro de salud y te dicen que están de paro, que sólo se atienden urgencias, y no te queda otra que aguantar”, dijo Micaela. Unos metros más allá del grupo de chicos se encuentra Hugo (54), quien no puede evitar mostrar su felicidad tras haber sido atendido por el oftalmólogo y estar esperando sus anteojos. “Vine ayer, me revisaron y me recetaron anteojos, y hoy ya me los tienen listos. ¿Y sabe qué es lo mejor de todo esto? Que son gratis, la atención es excelente e instantánea. ¿Acá, adónde vamos a ir a buscar lentes?”, detalló el hombre. A su lado está Mercedes (44), quien vino a arreglarse la dentadura. “Me atendieron excelente y ya me han dado los remedios y me han dicho cómo tengo que hacer.



En los centros de salud de acá, la atención es malísima. Además, cuando no están de paro, el dentista no está, y  te van cansando. Acá (en el móvil) todo es en el momento y gratis”, dijo la mujer. Conocida en la zona, Rosa (69) explica entre risas que vino por el kit completo. “Me caí y me fracturé la mano, además, sufro de hipotiroidismo, osteoporosis, necesito análisis, que me vean la dentadura y me hagan los lentes. Verá que estoy completita”, afirmó, risueña, la mujer. “Ya me han hecho la mitad, me dieron los análisis, los remedios, y ahora estoy esperando por los dientes y los ojos. Está cerca de casa, así que me vine tempranito, y la verdad es que me han atendido excelentemente”, enfatizó la mujer. “Yo vine a buscar lentes porque no tengo obra social. Soy pintor de obra, y te imaginarás que no tengo mucho margen para hacerme los anteojos por mi cuenta, y como acá te los dan gran gratis, es una oportunidad que no se puede dejar pasar”, afirmó Oscar (48).

De este modo, los dos pequeños compartimentos del tren, los de atención oftalmológica y medición óptica, no tienen descanso desde el lunes, cuando llegó el tren. “Estamos recibiendo unas 100 recetas de anteojos por día, de lentes que en el mercado no bajan de los 180 pesos. La gente refiere que no se los ha hecho antes por falta de plata”, explicó Luis Fariña, óptico del tren. El especialista también destacó que las patologías son variables, pero que lo notorio es la cantidad de gente que casi no veía y ha aguantado sin anteojos. “Hemos visto de todo. La mayoría son presbicias que necesitan una corrección promedio de cuatro dioptrías, pero también hemos visto casos que nos han dejado boquiabiertos, porque no sabemos cómo han podido vivir sin ver.

Por ejemplo, acá tengo el caso de un señor que necesita 123 de corrección en un ojo y 124 en el otro. Estamos hablando de una cuasiceguera que nunca ha sido atendida”, explicó el técnico. En el caso de pacientes que necesitan mayor corrección, los pedidos son enviados a la sede de un laboratorio porteño en Mendoza. “Tenemos un porcentaje importante de correcciones altas, y lo más preocupante es que no han recibido atención médica nunca. La gente nos explica que es porque en los centros de salud no hay consulta oftalmológica y que en los hospitales demoran muchos meses. Será un detalle del sistema a corregir”, finalizó Fariña. Otro servicio que no tiene paz es el de odontología.

“Hemos realizados en dos días más de 30 extracciones, sin contar a los pacientes a los que les hemos tenido que extraer más de una pieza dentaria. La verdad es que no sólo aquí, sino en toda Argentina la atención de la salud bucal es una deuda, porque el estado de la boca de los pacientes es calamitoso”, explicó el jefe del servicio odontológico del tren, Rodrigo Gómez (41). El médico no oculta su emociona cuando habla de la función del tren en el territorio, y con la mirada enrojecida recuerda palabras de su jefa a nivel nacional. “Somos artistas en el arte de curar y estamos encargados de acompañar al paciente cuando busca alivio a su dolor, ese es el fin que no debemos perder de vista.

El tren es un sueño romántico, pero estar en él te recuerda a cada minuto para quiénes trabajás, y los dentistas nos debemos una discusión sobre el trato humano que merece la gente”, enfatizó el profesional. De su consultorio, muchos vecinos de Las Heras salieron con un blíster de antibióticos para la boca. “Lo que llama la atención es la cantidad de gente con restos sépticos, es decir, grandes focos de infección en la boca, y eso es muy perjudicial, porque están tragando ese material todo el tiempo, están comiendo con eso”, enfatizó, preocupado, el médico.

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